Capítulo veintidos

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¿Alguna vez han tenido un presentimiento? Yo nunca, al menos no hasta hace cinco minutos. Ahora que lo pensaba me pregunto por qué perdoné tan fácilmente a Julián, de hecho no encontraba una explicación lógica, me había enojado con él por cosas mucho más simples y sin embargo esta vez fue más grave y me dio un ataque de amnesia de repente, cuando me lo empecé a cuestionar, del cielo cayó mi respuesta.

Un presentimiento.

Ese mismo viernes Julián y yo fuimos a dar un corto paseo, lo vi preocupado y le pregunté que le pasaba, me dijo que descubrieron que Antonela tenía un desorden obsesivo compulsivo leve, y que de hecho ya sabía porque me había sido infiel en esa fiesta, ella lo había obligado, suena raro que a esas alturas de la vida lo manipularan, pero había sido un poco fuerte, pues el trago de Julián sabía extraño al primer sorbo, pero no le dio importancia, finalmente resultó que Antonela le había puesto algo como escopolamina, pero que en realidad no lo era (no me lo explicó muy bien) en poca cantidad, casi nada, pero lo suficiente para que pierda la conciencia por una hora quizá. Cuando Julián me o explicó de nuevo tuve indecisión, todo parecía tan ajeno a mí, tenía una nueva descripción para Antonela..¡Loca! ¿A qué persona normal se le ocurre hacer eso? Tal vez lo del desorden obsesivo-compulsivo en serio afectaba a la gente...

Dejamos el tema sin profundizar porque a Julián le ponía de muy mal humor, así que hablamos de la fiesta, mi vestido era casi igual al de la película de cenicienta, protagonizada por Lily James, pero el mío era más azul, ancho, largo y hermoso, tacones plateados y joyería del mismo color. Quedamos en que nos veríamos allá, él me esperaría. Ya le mencioné a mi hermana del baile y me dio permiso con la condición de que ella misma me fuera a llevar y traer, de hecho ella estaba emocionada y me ayudó a peinarme, maquillarme y vestirme, debo decir que esto era un sueño..., un bonito sueño. ¿Quién no querría ir a un baile así? Lo único que me preocupaba era que no hubiese personas de mi edad, aunque él me aseguró que había personas de todas las edades.

Mi vestido era muy ancho por lo que necesitaba un considerable espacio para entrar en ciertos lugares, de hecho fue todo un trámite entrar en el auto sin dañarme algo en mi cuerpo y/o maquillaje.

En el camino Paula y yo conversamos, se encontraba estresada con su trabajo, pero estaba a un poco de que la asciendan y ganar un mejor sueldo, la felicité, le comenté algo sobre el colegio y mis amigos,  aunque terminamos hablando de series de televisión. Cuando llegamos me sentía nerviosa, no tenía práctica caminando con tacos, por suerte estos eran bajos. Me despedí de mi hermana y acordamos que saldría de aquel baile a las diez de la noche. Me pareció bien, cinco horas de bailar y disfrutar de la época colonial.

Entré nerviosa, pero por suerte no era la única, todas las mujeres llevaban ostentosos vestidos, ninguno se parecía al mío, los caballeros en cambio, tenían trajes elegantes y besaban a las damas en la mano para saludarlas. El salón era grande, a los lados habían mesas, en dónde ya había grupos platicando, di una mirada rápida, pero no encontré a nadie conocido, bajé por las escaleras dándome un aire un poco superior, me sentía bonita, que era muy importante, lo primordial, al llegar al piso de abajo miré confundida, no  sabía que hacer o a dónde dirigirme, por suerte una mano me tocó la cintura y lo vi, Julián, me besó en la mano y me dirigió a nuestra mesa.

Diez minutos después la ceremonia empezó, dieron la bienvenida a todos y dijeron que el dinero recaudado allí iría para los fondos de una buena causa..., dieron entonces el paso al primer baile. Una tonada, un vals muy suave empezó a sonar y Julián me invitó a bailar, fue mágico, su mano en mi cintura y la mía en su pecho, moviéndonos de un lado al otro, no paramos de bailar durante unas horas, literalmente, unas horas. La música no solo estuvo suave, sino que cambió de contemporánea a romántica, me divertí mucho, ojalá se pudiera hacer esto cada semana, no soy buena bailando, pero Julián me dirigió e hizo parecer que yo era una experta.

Hablamos también, de todo y de nada, como una pareja, claramente enamorada, Julián elogió mi belleza y fulminó a todo hombre que me miraba, no sé que más decir o describir, pero fue eso: una noche perfecta o casi perfecta, estábamos juntos, mi vestido y maquillaje eran hermosos, bailé con mi hombre y me divertí como no lo hacía hace mucho tiempo. Aquí no me sentí excluida como la mayoría del tiempo me suelo sentir, ese momento era mío y de las personas que quisieran compartirlo conmigo.

Dieron las diez de la noche, estaba cansada, pero sin embargo podría haber seguido allí toda la noche. Me despedí de Julián con un enorme beso, él saldría poco después de que yo lo hiciera para que nadie sospechara nada. Cuando estuve afuera vi que mi hermana ya me esperaba, subí al auto cuidadosamente y le conté mi noche, aumentando unas cosas y quitando otras, sentía que nada podría haber arruinado mi humor, al menos no hasta que oí las ventanas del carro romperse..., no me di cuenta cuando, pero nos habíamos accidentado, no sé como, solamente estábamos impactadas contra un árbol y yo me había llevado una mala parte. Fue entonces cuando me desmayé.

***

Gracias por su apoyo, aquí acaba el maratón, ojalá les haya gustado y gracias por comentar. Las quiero mucho.

TheGreekEmpress.

Mayor que yoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora