Capítulo dieciocho

18.5K 827 21
                                    

Empiezo a creer en el dicho que cuenta que mientras estas soltero nadie te mira, pero al estar en una relación ¡te llueven los hombres! Bueno, no tan exagerado, pero antes de empezar a salir con Julián no era muy popular entre los hombres, no recibía tantas miradas como otras mujeres, pero desde que todo empezó, vaya que me sorprende la atención que recibo a veces.

Julián parecía nervioso y a la vez tenía una cara de querer asesinarme por avergonzarlo delante de su amigo, pero se las arregló muy bien para sonreír y me presentó a Ricardo.

-Esta es mi novia-dijo-. Mariana. Él es Ricardo un viejo amigo.

Moví la cabeza en señal de saludo a Ricardo, luego la tensión se hizo palpable, era obvio que Julián y Ricardo querían hablar a solas, apenas lo entendí cogí mi celular como si me estuviesen llamando y me alejé un poco, cuando llegué a una especie de pared que me cubría de la vista de esos dos boté el aire que había contenido, necesitaba estar libre por un momento, no fue mi intención escuchar la plática que se mantenía a mis espaldas.

-Ayer me llamaste diciendo que habías peleado con tu novia, me contaste una historia rápida, incluso me dijiste que tenía quince años-replicó Ricardo rápidamente, Julián rió por lo bajo e interrumpió el resto de la frase que su amigo iba a decir.

-¿Ya lo aceptaste?

-¡Eh! Que aún creo que eres un viejo que quiere quitarle la inocencia a una niña-respondió burlonamente, de nuevo "niña", pronto odiaría esa palabra.

-Pero si hace tres minutos, mientras la acompañabas parecías tú el que quería hacer eso.

-Vale, tal vez no exactamente eso, pero parecía más grande y admitamos que tiene sus encantos...-suspiró-, sería totalmente irresistible y sexy con un poco de

-Ya-respondió Julián un poco más serio-. No lo quiero saber..., pero peleamos bastante fuerte y no habíamos arreglado, al menos no hasta que mencionaste lo de salir y todo lo que ello implica. Digamos que realmente ni siquiera sé si ya estamos bien de nuevo, pero si sé que no quiere que vaya contigo.

-¡Ja! Ni que fuera tan mala influencia, pero decídelo tú, ella lo deberá respetar.

-Creo que va a ser al revés, ayer si que la hice enojar.

-Lo que tú quieras. Pero en serio, deberías presentarla como tu novia formal a todo el mundo para que nadie mal piense las cosas. Mira, si quieres llamo a todos los amigos cercanos para cenar en algún restaurante y ahí aprovechas para que todos la conozcan.

-Primero debería preguntarle si acepta.

-Antonela puede ayudarte con eso.

-Ni la llames, ella es antagonista de Mariana, y a menos que quieras iniciar la tercera guerra mundial, déjala fuera de los planes por hoy.

Conversaron de otras cosas más y cuando me fijé en que una llamada telefónica no podría ser eterna, aparecí sonriendo, me propusieron la idea de la cena y acepté dudosamente, luego de un rato nos despedimos de Ricardo y fuimos al auto en silencio, Julián se subió al asiento del conductor, pero le impedí cerrar la puerta cuando iba a hacerlo, en cambio, me senté en sus piernas como una niña pequeña y lo besé como disculpa, él me devolvió el beso, quería que eso durara para siempre, pero terminé sentada en el asiento de a lado y Julián conduciendo..., sin embargo todo había vuelto a ser como antes, hablábamos de la misma manera y teníamos esos pequeños detalles.

Me dejó en casa con la orden de que me alistara para la cena, que me pusiera algo elegante, un vestido para ser exactos y que me pasaría a recoger más tarde. Cuando se fue, hice exactamente lo que me dijo, busqué un vestido en mi armario y me dispuse a arreglarme, los nervios me comían por dentro, iba a conocer a sus amigos más cercanos y según me dijo también a su hermana menor. Nunca, hasta ahora me había hablado de su familia. Su madre se llamaba Lucía y su padre, Sebastián, tenían dos hijos él y la hermana que iba a conocer hoy, era tres años mayor a mí, no sé si eso me tranquilizaba o me alteraba.

Dos horas después de haber empezado a arreglarme me veía al espejo, un vestido hasta las rodillas rojo, pegado al cuerpo, pero no llegaba a ser incómodo, tenía un escote normal, estaba peinada con un moño alto, llevaba unos tacones bajos del mismo color que el vestido y un pequeño bolso, en cuanto al maquillaje, no exagerado, solo que cubriera imperfecciones y resaltara algunas cosas. Pasé los siguientes quince minutos tratando de que los nervios se me quitaran, pero no pude hacer mucho realmente. Julián llegó, al verme se le formó una sonrisa y supe que había acertado en el vestuario, me elogió un poco y reclamó vagamente que iba a ser el centro de atención. Durante el viaje íbamos repasando quienes irían, según la información que me dio, todas parecían buenas personas.

Al llegar al restaurante mis nervios empeoraron y casi caigo en medio de la calle, no obstante el brazo de Julián me atrapó. Entramos. El lugar era refinado, y en una mesa grande se encontraban personas, por lo que pude apreciar de un rengo no menor a veintitrés años, a excepción de una mujer, la hermana de Julián. Nos acercamos y saludé a todos, Julián se sentó en la cabecera de la mesa y yo a su lado derecho. Era el centro de atención y odiaba eso. Todo el mundo fue amable, me preguntaron millones de cosas y traté de seguir la conversación, no me agradaba la gente que respondía con monosílabos, por lo que no los imité. Después de un tiempo trajeron la comida, traté de recordar todos los consejos de mi madre sobre la educación y etiqueta en una cena. Logré-con un gran esfuerzo-comer sin regar nada y con bastante cultura, como todos. Hubo un momento en el que el tema de conversación fue más allá de mis conocimientos y decidí que era hora de ir al baño, comuniqué la decisión a todos y salí normalmente.

-Nada mal-dije para mi misma, cuando estuve frente al espejo, con un suspiro.

Mi peinado y maquillaje seguían igual, por lo que no tuve que hacer mucho, pero me quedé un momento más respirando la libertad, minutos después salí y fui sorprendida por la hermana de Julián, me miraba entre compasiva y audaz.

-¿Cómo estás?

-Me siento extraña, pero bien.

Rió suavemente.

-Debe ser un suplicio, una vez un ex novio me invitó a conocer a sus padres y créeme fue horrible. Al inicio, antes de que llegaran, la opinión de todos era mala, decían que aun eras pequeña y Julián ya era experimentado, pero ahora que te conocen al menos piensan que esto será raro, pero poco a poco se acostumbrarán.

-Gracias-me contó un par de cosas más y finalmente salimos del sanitario, de nuevo la atención en mí, hablamos un poco más y me enteré de un dato curioso.

-Mar-dijo una señora de unos treinta y pico-. ¿Ya tienes planeado el regalo que le harás a Julián por su cumpleaños la próxima semana?

¡¿QUÉ?! ¿CUÁNDO? No hice notar mi sorpresa, pero por dentro tenía miles de preguntas, ni siquiera sabía cuando era se cumpleaños, debía empezar a planear algo, pero ya.

****

Hola! Cómo están?? Espero que bien y que el cap. les haya gustado, vale, no he actualizado porque realmente tengo demasiadas tareas en el colegio..., además esta semana empiezo exámenes..., no me maten :( pero pronto habrá maratón!!! Gracias por el apoyo, el capítulo estuvo un poco tedioso y aburrido, pero tranquilas, pronto se pondrá bueno :3. Cuídense mucho, mucho, mucho. Por favor no se olviden de comentar!

Las quiere.

TheGreekEmpress.

PD. jessicaseba, no me mates! En serio quiero a esta historia y no quiero desaprovechar la atención que tiene, gracias por tu apoyo, en serio te he cogido bastante cariño :3, dime que te parece? Trataré de actualizarla más seguido, gracias por tus mensajes también. Y como no sé que más decirte por ahora lo dejaré ahí.


Mayor que yoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora