-¿Y?
Sara era mi amiga, pero ahora quería tiempo para mí. Lo admito, derramé sólo unas cuántas lágrimas en el camino de vuelta, sí, también sé que había sido una cita, pero me gustaba. Mis padres habían llegado y Sara estaba de salida cuando yo llegué, saludé a todos y salí a caminar por el barrio con ella, tuve que contarle de todas maneras.
-Todo bien, hasta que me llevó a su empresa y una mujer- lo dije tan despectivamente que di a entender la idea-Era su “Íntima amiga” además tenía trabajo, y no pude quedarme más.
No quise darle detalles, no tenía el ánimo suficiente, ella tampoco preguntó.
-¡Idiota! Le diré…
-¡NI SE TE OCURRA! No le digas nada, déjalo así, es mejor- no permitiría que lo hiciera, es casi familia de mi mejor amiga e iban a pelear por esto. Creo-Ya lo arreglaré
-¿Al menos te ha llamado para pedirte disculpas?
No había revisado mi celular desde que estuve en su oficina, busqué en todos lados, en mis bolsillos, en la cartera, y nada, luego empecé a recordar. Al entrar a su oficina saqué mi celular para ver si alguien me había llamado o si algo había pasado, iba a guardarlo, pero entró Antonela y mientras mis músculos se tensaban dejé el teléfono a un lado para saludarla. Luego salí rápidamente y olvidé el pequeño detalle.
-¡Agg! ¡Lo olvidé en su oficina!
Sara rio por lo bajo.
-Creo que lo deberás ir a ver mañana- me miró de reojo, asegurándose de que no me enfadara-. Y creo que te encontrarás con él.
Tengo la mejor suerte ¿No? ¿Qué le voy a decir? Sara se despidió de mí y se fue hacia su casa, dejándome con la amarga sensación de la bilis en mi garganta. Por una parte estaba feliz por volverlo a ver, pero por otra no sabía que hacer o que decirle, hoy le demostré mi enojo, y no puedo ir mañana como si nada hubiera pasado, es inadmisible.
* * *
Ocho de la mañana, tenía el permiso de irme, pero aún no sabía si hacerlo. Obviamente necesitaba mi celular, así que me metí a la ducha y me vestí con lo primero que alcancé a ver. No me arreglé mucho, y salí. Era temprano por lo que no había mucha gente, cogí el bus en la parada y todo el camino fui decidiendo cómo actuaría. El camino se hizo corto y simplemente no había decisión, improvisaría.
Mi memoria seguía fresca, subí al último piso y podía oír mis latidos, tan fuertes y rápidos que hasta a mí me asustaban. Salí del ascensor y caminé ligeramente temblando, respiré y sonreí al irme acercando al escritorio de Susana, a primera instancia no me notó, pero un segundo después me saludó entusiasmada.
-¡Señorita Mariana! ¡Qué gusto tenerla aquí de nuevo, el señor Julián no se encuentra por ahora, está en una reunión, pero puede pasar!
Una preocupación menos, no está, solo espero que mi celular siga en dónde lo dejé, Susana me abrió la puerta de la oficina, me preguntó si deseaba algo y ante mi negación se fue cerrando la puerta. El sol entraba por las ventanas calentando el aire, una sonriente ciudad se levantaba, los ventanales me hipnotizaron un momento, luego concentrándome en lo que fui a hacer, busqué mi teléfono en el sillón, mi corazón saltó al ver que no estaba. Me dirigí al escritorio y rebusque también ahí, un poco de música no estaría mal ¿O sí?
Puse una canción a muy alto volumen, todo lo de afuera quedó insonorizado, había rebuscado en los tres primeros cajones del escritorio, seguro esto era invadir su privacidad, pero necesitaba mi celular y no le quería preguntar a Julián. Hasta ahora nada, en ningún lado, abrí el último cajón y encontré algo que me hizo sonreír, impresas a full color y casi perfectas, estaban las fotos que nos habíamos hecho ayer en la cita. Empecé a pasarlas, al inicio solo estaba yo, la cámara me había notado recelosa y tímida, en las fotos posteriores ya salía más relajada y sonriente. Las que más me gustaron fueron en las que salíamos los dos, riendo y disfrutando, aunque Julián tenía veintisiete años, lucía físicamente de dieciocho y en su actitud aún parecía joven. Reía más al pasar una y otra fotografía, los recuerdos me invadían.
ESTÁS LEYENDO
Mayor que yo
عاطفيةElla es solo una niña y él ya es un hombre maduro. Ella es tímida e introvertida, él es experimentado y reservado. Ella admira su experiencia, él admira su inocencia. Mariana conoce a un hombre muy guapo y atento, doce años mayor que ella. Como es d...