11 | Actos

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Todo el mundo sabía que Draco y Hermione estaban saliendo. Ya no era ningún secreto.

   Harry no estaba seguro de si eso lo hacía sentir mejor o no. En parte, ya no había nada que cargar, ningún secreto que guardar más que el suyo. Podía decir que se respiraba mejor. Pero a la vez, su mejor amiga y su mejor amigo estaban peleados, sin querer hablarse el uno al otro. Ni siquiera podían verse.

   Y estaba el hecho de que, como Hermione y Draco ya no escondían lo que tenían, lo mostraban públicamente, cosa que no lo hacía sentir nada mejor.

   Él apartaba la vista casi tanto como Ron, entonces.

   —Que asco—dijo Ginny, con una zanahoria en la boca. Miró a su derecha, a Luna—. Nosotras no somos así, ¿no?

   Señaló a la mesa de Slytherin, donde ahora Hermione se hallaba sentada. Era mejor que estar en la misma mesa que Ron, suponía Harry. De todas formas, estar en la mesa de Slytherin debía ser estresante, porque Hermione se sentaba solo una vez a la semana allí.

   Ahora estaba con el brazo de Draco sobre sus hombros y parecía estar riendo de algo que Blaise había dicho, igual que Draco.

   A Harry le dolió el alma. A pesar de todo, seguía queriendo ocupar su lugar con todas sus fuerzas.

   —¿Así cómo, amor?—dijo Luna dulcemente—. ¿Demostrativos? ¿Tú no te la pasas jugando con mi cabello?

   Ginny se sonrojó.

   —Es que es muy suave. En serio, ¿qué shampoo usas?—dijo, intentando salvarse.

   Luna negó con la cabeza, riendo.

   —Creo que lo tuyo va más allá de un shampoo.

   Rendida, Ginny se encogió de hombros y comenzó a jugar con un mechón de pelo de Luna. Harry evitó mirarlas porque ya se sentía bastante mal consigo mismo.

   —Oye, Harry—dijo Ginny—. ¿Vas a ir hoy a la fiesta de Navidad de Slughorn?

   —Mmm—murmuró pensativo—. No lo sé... Sabes quienes estarán allí.

   Ginny frunció los labios, apenada. Hermione era parte del pequeño grupo de Slughorn y seguramente invitaría a Draco. Ella le había dicho a Harry unas semanas atrás que estaba pensando en invitar a Ron, para estar los dos juntos, pero ahora estaba seguro que los planes habían cambiado.

—No es necesario que estés cerca de ellos toda la noche. Habrá muchas otras personas—se encogió de hombros—. Y tenemos planeado ir al campo de Quidditch después de eso para celebrar nuestra propia despedida. Necesitaba esas dos semanas de descanso.

Harry también y mucho más que por la escuela.

—Está bien—dijo Harry—. En especial porque no creo que Hermione y Draco se sumen a lo de después.

—Así se habla—dijo Ginny.

—No deberías preocuparte por ellos, Harry—dijo Luna—. Si te hubieran prestado más atención, hubieran notado lo triste que te ves. Parece que es mejor dejarlos ser y no esperar mucho de ellos ahora.

—Sí—concordó Harry—. Tienes razón.

Pero Luna no sabía de sus sentimientos. Nunca podría entender lo difícil que era alejarse, porque por más que supiera que no había oportunidades... Es como si algo de esperanza viviera en él, por más pequeña que fuese.

Hermione decidió acercarse a su mesa en ese momento, mientras comía una tostada. Ya no se la veía nerviosa ni despistada. Era Hermione otra vez... Pero con novio.

i wish i were hermione | drarryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora