24 | La casa de Sirius

145 25 12
                                    

Hermione entró primero. 

   Se sentía extraño estar allí para Harry. Era la primera vez que visitaba la casa desde lo ocurrido en su quinto año y le dieron una ganas de llorar terribles, sin saber muy bien de dónde habían llegado. Se quedó quieto mientras el resto caminaba hacia adentro. 

   Draco fue el único en voltearse y mirarlo. Se fijó que Hermione y Ron desparecieran en el interior antes de acercarse a Harry y tomarle la mano.

   —¿Nos quedamos aquí un rato?—le preguntó.

   Harry lo pensó durante un tiempo.

   —Me gustaría, pero es eso o ser atacado por mortífagos, así que prefiero entrar—dijo, aunque no estaba seguro de su respuesta.

   —Podemos, de todas formas. No te preocupes, yo te protejo—se encogió de hombros Draco.

   Harry soltó una risa.

   —No debería haberte dejado entrar a mi vida demasiado. Me estás robando el papel de héroe—jugó con él.

   —Me temo que ese papel solo encaja contigo.

   Se hizo un breve silencio mientras Harry alzaba la vista al cielo y Draco solo se quedaba allí, admirándolo. Habían pasado semanas y él seguía sin creer como los eventos se habían desarrollado. Como ahora estaba junto a Harry, no como enemigos pero como... ¿Amantes? Él sabía que aún había una charla pendiente allí, pero este no era el momento de sacarla.

   —Hay una estrella llamada Sirius—dijo Harry después de un rato—. Lo vi en uno de los libros de Hermione de astronomía.

   —¿Lees?—bromeó Draco.

   Harry lo empujó suavemente pero le devolvió la sonrisa. 

   —Es esa de allí—continuó, ignorando el comentario y señalando al cielo—. Me gusta mirarla de vez en cuando. Siento que Sirius está conmigo cada vez que la veo—dubitativo, agregó:—. Tu nombre también tiene una constelación. Yo... también la observaba. Bastante—se aclaró la garganta. 

   Draco lo miró realmente sorprendido.

   —¿Estabas obsesionado con una constelación que llevaba mi nombre?

   Harry lo observó con el rostro colorado y el ceño fruncido.

   —Estaba cerca de la constelación de Leo, ¿de acuerdo?—suspiró—. El caso es que en el verano no se ve la constelación de Sirius en este hemisferio. Pero había desarrollado una extraña obsesión con verlas, pues no había demasiadas actividades en la casa de mi tío... —apartó los ojos, como si no quisiera que viera algo en ellos—. Las buscaba. La mía... Odiaba que estuviera tan cerca de la de Draco. Eran solo dos constelaciones y estaba allí y no podía evitar mirarla. Creía que era porque detestaba que estuvieras incluso en mis actividades más íntimas, pero... Bueno, todo tuvo sentido cuando pasó lo que... Pasó.

   Draco no puedo hacer otra cosa que sonreír. Deslizó sus dedos en la palma de Harry, entrelazando sus dedos. El moreno volvió su rostro hacia él y pudo ver que tenía los ojos muy rojos.

   —Supongo que ni siquiera mi más grande enemigo pudo evitar obsesionarse conmigo—dijo ligeramente Draco—. Incluso si no lo supo durante mucho tiempo.

   Harry soltó una carcajada y apoyó la cabeza en el hombro del rubio.

   —Eres un imbecil.

   —Harry—susurró, entonces, después de un rato.

   —¿Sí?

   —Me han dicho muchas cosas, pero nadie me había comparado nunca con una constelación—Harry se movió para que sus ojos se encontraran—. Es lo más lindo que he oído. Gracias.

i wish i were hermione | drarryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora