Capítulo 6

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Ámbar

Entro por las enormes puertas del hotel, lujoso, ancho y lleno de gente con dinero. Tengo un vestido largo, negro y pegado, dejando ver la forma de mi cuerpo.

Lo busco con la mirada, pero no lo encuentro a mi alrededor. Hay guardias de Wolf donde quiera, me prometio que no me pasaría nada, pero no le creo.

— Hola! — escucho a mis espaldas una voz femenina.

Luego recordé. Wolf me había hablado sobre Una chica que me ayudaría. Me volteo encontrándome a Greyce Donovan.  Una de las mafiosas más buscadas de Norte America. Lleva un traje azul sin mangas. Su cabello corto y rizado. Se que soy agente de la DEA, pero ella es asombrosa.

— Eres Ámbar Stone ¿cierto?— me da una sonrisa.

— Así es y tú debes ser Greyce Donovan, una chica que a logrado escapar de la policía más de incontables veces — digo.

Ella ríe — Me alagas...

— ¿Lo has visto?— pregunto mirando a mi alrededor con disimulo.

—Así es, está mirando directamente así acá — dice observando a mis espaldas— Tomemos algo.

Yo asiento y caminamos hacia una de las mesas delante del objetivo.

— Te tocará hacerlo tú, ya que no para de mirarte — digo.

Alcon no nos quita la mirada en ningún momento. Hay otro chico, moreno y guapo. Me sonrió, no pude evitar devolverle la sonrisa. Smuy guapo.

— ¿Sabes lo que soy verdad, Greyce?—
pregunto.

— claro que lo se, no soy estupida, pero mientras Wolf te tenga, no podrás hacer nada, créeme... — dice con seguridad.

— ¿Qué quieres decir?— no entendía, ¿acaso Wolf nunca me dejara ir? o ¿Me asesinará después de esto?

—Luego lo entenderás — se levantó— sígueme— dijo y yo asentí.

Me levante y comencé a caminar, entramos por un pasillo. Se escuchaban pasos detrás de nosotros. Greyce abrió una puerta, era una discoteca.

— Mientras esperemos aquí — dice.

— ¿Estas segura? ¿Sabes hace cuanto yo no voy a una discoteca?— digo.

— ¿De verdad?  Ámbar, pero que vida más aburrida tu tienes.

Me jaló hasta el medio de la pista, vi como el Alcon entró junto al hombres.

— Trataré de llamar su atención— señala al moreno que no paraba de mirarme. — Así podrás tener el camino libre con El Alcon.

Yo asiento.
Comencé a moverme, sentía la mirada de varias personas.

— ¿Tan mal bailo?— le susurro a Greyce quien sonríe tras mi pregunta.

Señala algo o alguien con la mirada y la veo desaparecer entre la multitud, me detengo en seco cuando siento unas manos en mi cintura.

— No te detengas... —dice una voz
seca y gruesa dejándome tiesa.— Querías mi atención, aquí la tienes.

Miro de reojo y veo que es el moreno de hace rato, bueno, al parecer Greyce le va a tocar encargarse de Alcon.

Me volteo retirando sus manos de mi cintura. Se acerca más corta la distancia.

— Eres más bonita de cerca ¿Cómo te verás en una cama gimiendo? — Se relame los labios mientras mira mi cuerpo de arriba a abajo.

Retiró lo dicho, es un asco. Que desperdicio de rostro...

Dejo lo personal y saco lo profesional dando mi mejor sonrisa. Pongo mis manos sobre su pecho con una mirada coqueta mientras me muevo al ritmo de la música cosa que parece gustarle.
Lo llevo conmigo entre la multitud para meternos en un pasillo con muchas puertas.

No pierde el tiempo a la hora de tocar mis glúteos cuando nadie nos observa. Me jala hacia el y comienza a besar mi cuello y pechos. Aprieto los puños y siento que vuelvo a respirar cuando escucho como en mi oído suena la voz de Greyce decir "Está hecho" a través del auricular.

Lo alejo con una sonrisa coqueta, pero este tiene los ojos brillosos de lo exitado que está. Deslizo mis manos por su pecho intentando calmarlo, por que no se cual esta mas desesperado si el por comerme o yo por salir corriendo.

— No hemos llegado siquiera a la habitación... espera un poquito ¿si?

— Pero no me lo digas así, por qué me desespero más— súplica.

No reprimo la carcajada y este me sonríe, pero de un momento al otro mi rostro se llena de sangre y antes mis ojos cae su cuerpo con un agujero el la frente. Siento que regreso a la vida y limpio la sangre de mi rostro para mirar la hombre causante de ello.

— ¿Por qué estabas tan sonriente? Pensé que no quería hacer este trabajo.

— Solo dijo algo que me hizo reír... ¿Tenías que haberlo matado delante de mi? ¿Ahora como carajos voy a salir?

No dice nada y hace una señal a sus hombres para que recojan el cuerpo del tipo. Comienza a caminar por el pasillo y me indica que lo siga. Lo hago desapareciendo por el oscuro pasillo.

Un Maldito MafiosoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora