Ámbar
Brindamos por la misión que muchos llamaban imposibles, la misión que logramos, que yo específicamente logré. Una que fue planeada con dedicación, pensada para cada movimiento y cada situación.
Bebo de la copa matando el hecho de no probar alcohol durante 2 meses. Mis compañeras me abrazan y hablan de lo increíble que estuve y lo valiente que fui para meterme en el plan que nadie quería estar. Todas le temen a Wolf, incluso yo lo hacía. Pero ya no, capaz no lo conozco bien, pero no le tengo miedo y el lo tiene más que claro.
Al llegar a la oficina me siento de nuevo en casa, miro mi escritorio que está justo como lo dejé hace dos meses.
— Joder, mujer. Eres increíble. — Habla Bruno, uno de mi compañeros acercándose a mí.
— Lo sé...— Hablo orgullosa.
Caroline se acerca a mí y agarra mi brazo mirándome atenta.
— ¿Como es el? ¿Un pendejo o peor?
— Un poco de todo, no se si es por que nada más estuve 2 meses con el o el realmente es así. Igual tampoco era que iba a hacer las cosas delante de mi, tan pendejo no es.
— ¿Viste al capitán? — Aparece Kamila, trae los ojos cansados y me mira con atención.
— Según tengo entendido está con el hermano de Wolf, estaba esperando que se calmara ya que estaba muy alterado. — Hablo. Luego frunzo el ceño y la miro extraña— ¿No a venido?
— No han sabido nada del capital desde hace una semana, Stone.
Me quedo quieta en mi asiento y mis mejilla se ponen calientes del enojo.
— ¿Por qué no lo habían notificado antes?! — Gritó levantándome de la silla. — ¡Hace una puta semana agarré al Maldito Mafioso y me vengo a enterrar ahora que no saben nada del capitán!
— Pensábamos que solo era un inconveniente, pero no a respondido ninguno de los códigos. Nuestra última opción es...
— ¿Cuál? — Habla Bruno.
— Hablar con Wolf. — Al decir eso dirige su mirada a mi y yo la miro sin entender. — Stone...
— Espera.. ¿Quieres que hable con él? — Alzó la voz llamando la atención de casi todos en la oficina— No, no... ni loca vuelvo a hablar con ese hombre. ¿Por qué no hablas tú o alguien más?
— No voy a poder pronunciar ni una maldita palabra, Ámbar. Ese hombre tiene algo... que no se. La última vez no pude hablar por que se me quedó mirando. Además, dijo que no iba a soltar nada a menos que te viera.
— ¡Para estrangularme con las esposas!— Alzó la voz — No se compara con que yo arriesgue mi vida dos malditos meses y cuando por fin puedo tener un descanso pasa esto. — Niego.
— Ámbar... solo le tienes que preguntar y ya. No más de 15 minutos... eso no es nada como los dos meses que pasaste. — Se acerca y agarra mis brazos. — Hazlo por el capitán ¿si?
Me muerdo el labio por la ansiedad, ella me mira con súplica y no puedo evitar aceptar.
Todo sea por el trabajo.•••
Estoy delante de la puerta esperando que suene el timbre para entrar. En mis manos traigo un acuerdo que quiere hacer la DEA con Wolf, ellos esperan que yo pueda convencerlo y yo realmente... no me tengo fe. Ese hombre tiene que tenerme un odio, más del que ya me tenía.
El timbre suena dando a iniciado los 15 minutos, entro y sus ojos azules me impactan. Trae un poco de ojera y barba, sus ojos recorren mis cuerpo para formar una sonrisa. Traigo mi uniforme y tengo que admitir que le favorece a mi cuerpo.
— Buenos días, Wolf— Digo para romper el hielo.
— Buenos días, nena...
Me sorprende en la forma tan natural que me respondió. Algo no está bien.
— Me dijeron que no ibas a decir nada a menos que fuera conmigo.
— A solas... — Dice y mira a la cámara que nos observa.
— Pero estamos a solas... ¿Necesitas más privacidad? No creo poder dártela.
Se recuesta en el asiento con los brazos hacia delante ya que los esposas no le permiten moverse tanto. No aparta su mirada de mi y me molesta.
— Ya lo sabes ¿no? — Suelto y no tarda en captar.
— Era obvio, pero yo no lo tengo... Eso es problema de mi hermano.
— ¿Tu hermano lo tiene entonces?
— Puede ser... o tal vez deberé tener algo a cambio de él.
Me levanto dando un golpe en la mesa.
— ¡Acabas de decir que tú no lo tiene! Deja el puto juego...
Imita mi acción haciendo sonar las esposas. Su pecho sube y baja al igual que su mirada a mi cuerpo.
— ¡Dejaré de jugar cuando me large de aquí y te lleve conmigo! ¿Está claro?
— Jamás, escúchame bien... jamás me volverás a llevar contigo ¿está claro, imbécil? — Acerco mi torso a él. — Si no cooperas te sumaremos dos años más de los cuarenta que tienes.
Escuchó el sonido de las esposas como se mueven en el tubo, está intentando llegar a mi, pero no puede.
— Escúchame tú a mí... Cuando digo que voy a hacer algo, lo hago. Así como dije que te voy a llevar conmigo... lo voy a hacer... — Acerca su rostro al mío, para lo que sea que diga, solo lo escuche yo. — La pasaste bien conmigo aunque lo niegues... Anda, dime que no te gustó como follamos, como nos comíamos.
— Era parte de mi trabajo... — Excuso ya llena de furia.
— ¿Dejar que te comiera el coño también era parte de tu trabajo? ¿También chupas pollas en tu trabajo? Por qué te faltó eso...
Me alejo de manera brusca, agarro los papeles no sin antes mirarlo.
— Vete a la mierda...
— Vente conmigo... y podremos repetir cuantas veces quieras, nena.
Me encamino a la puerta escuchando su risa de cabrón.
Mierda!
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Un Maldito Mafioso
RomanceÁmbar hará todo lo que esté a su alcance para encerrar a Wolf en una cárcel, incluyendo así, metiéndose entre sus sabanas. •••••••• Esta historia es completamente mía No permito copias