Argentina es un país muy hermoso y no tengo duda de eso. La hermosa ciudad de Buenos Aires está delante de mi y no paro de mirar a través de la ventana. Llegamos a una enorme casa, no tardo en salir de la casa para recoger los alrededores.
— Vuelve... — escucho la voz de Wolf.
Me volteo hacia el.
— ¿Qué quieres?— me cruzo de
brazos.Aquí no está Elena ni Emma, simplemente estamos el, los escoltas y yo.
—Iremos a una reunión— habla y yo lo miro confundida.
— ¿Para que carajos voy a una reunión contigo?— protesto.
— Esde negocios, si, pero no soy estúpido para hablar de mis negocios delante de ti— entra a la cocina.
— ¿Entonces?
— Una Boda...— Sonríe — Vas a actuar como una linda y buena secretaria ¿hecho? Al menos que quieras que sepan que trabajas para los que quieren encerarlos.
— ¿Secretaria?— río— No jodas...
— O Mi Mujer...
— Prefiero secretaria, gracias por la oferta— respondo rápido.
— Sube, nos vamos en una hora— sirve un vaso con licor.
¿Acaso tengo opción?
No, no la tengo.El vestido azul junto a unas joyas resaltan en la cama cuando entro en la habitación.
Es el que quería para la boda de Greyce. Me preparo con todo lo necesario. No siento que esté secuestrada, pero si que se esta aprovechando de mi con sus amenazas.Bajo las escaleras con cuidado de no caerme.
Salgo de la casa y entro al McLaren negro que tengo delante. Me come con la mirada. Debo admitir que se ve bien, el es guapo y su perfume me mata.— ¿Nos vamos?— Cruzo las piernas mirado hacia la ventana.
El auto se puso en movimiento, alrededor de 25 minutos le estaba entregando las llaves a uno de sus escoltas. El estrecha las manos con algunas personas mientras yo me siento donde me asignan. Se sienta a mi lado luego de saludar a la mitad de las personas.
Tengo muchas miradas sobre mi.
— Nunca había traído una mujer conmigo a ningún sitio, por eso te miran.— Habla y agarra dos copas que le entrega un mesero— Bebe, la noche será larga— me ofrece una y yo la agarro.
— ¿Debo sentirme especial?— pregunto con ironía
— No. — responde cortante.
Vuelve a estrechar mano con varios hombre que se acercan. La ceremonia comienza y la pareja se casa. Estoy sola en la barra, miro a todos lados buscando una salida. Me concentro en la salida de emergencia que no tiene hombres.
Uno de mis tacones toca el suelo pero alguien agarra mi mano jalándome hacia esa persona.
— Vaya... Al cielo se le escapó un
ángel, muy bonita . — Un señor que aparenta 40 años — ¿Solita?— No.— miro a uno de los hombres de Wolf que no se mueven— Necesito irme, Señor
¿No piensan ayudarme?
— Suélteme, por favor.
Su otra mano se aferra a mi espalda dándome una vuelta.
— Que buen trasero tienes...
Siento el impacto en mi nalga derecha sacándome un chillido.
— ¡Qué me suelte!—mi mano impacta en su mejilla — En su vida vuelva a tocarme ¿oyó?
El perfume masculino que tanto que me gusta entra en mis fosas nasales.
— Le pido una disculpa, Bruno— había Wolf y se me enfría la sangre...
¿Enserio?
— Tranquilo, Lobito, me encantan las bravas — levanta la mirada clavándola en mi.
Esto es lo más que odio de este mundo.
Hombre cochinos.— Te la tenías escondida para ti solo — sonríe — ¿No piensas compartirla?
Entierro mis uñas en la palma de mis manos.
— ¿Para que la quieres?— Wolf sonríe— Lo único que ganarías son golpes.
El hombre se acerca agarrando mi mentón con fuerza. Su aliento apesta a licor y no escondo la cara con asco.
— Yo creo que solo necesita que la domen.
Quito su agarre con un manotazo haciendo que el hombre ría. Doy pasos para atrás cuando vuelve a acercarse, pero soy salvada por una mujer se le pega al brazo mirándome con pena.
— Debemos irnos, Señor Bruno... se nos hace tarde para el juego.— Otra aparece al costado pegándole las tetas en la cara.
Aprovechó que nadie está mirando y me voy escabullendo de ahí por la salida de emergencia.
Corro lo más rápido que puedo aún con los tacones.— ¡Ámbar! — Mi cuerpo tiembla cuando escucho mi nombre salir de su boca. — ¡Ámbar! Para ahí!
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Un Maldito Mafioso
RomanceÁmbar hará todo lo que esté a su alcance para encerrar a Wolf en una cárcel, incluyendo así, metiéndose entre sus sabanas. •••••••• Esta historia es completamente mía No permito copias