Capítulo 16

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Narra Ámbar

Las cadenas queman mis muñecas.
No otra vez...

Abro mis ojos con dificultad observando la habitación. Hecho mi cabeza hacia atrás respiración hondo. Mi cabeza palpita y me duele la garganta.

No se cuando tiempo a pasado solo se que no siento mis brazos. La habitación se ilumina y no me inmuto en mirar. Agarra una silla y se sienta delante de mi.

— Buenas noches— dice—  Durmió más de 12 horas.

No respondo.

Lo último que quiero es escucharlo. Estoy tan llena de frustración que me dan ganas de llorar y no puedo llorar frente a él.

Cierro los ojos respirando hondo.

— No me llores, nena. Sabias en lo que te metías

Lo ignoro mantenido mis ojos cerrados. Necesito pensar en algo.

— No me gusta tu actitud— habla.

— ¿Qué actitud?— abro los ojos mirándolo confundida.

Se levanta.

— Me estás ignorando— Se acerca por completo

— Ojalá , pero no tengo fuerzas ni para ignorarte— Me apoyo de mi brazo y lo miro— si estas buscando que discuta contigo, este no es el momento.

Cierro mis ojos y el gruñe.

— Tus mejillas están roja — Toca mi mejilla derecha— estas ardiendo, joder... ahora falta que estés enferma, maldición...

¿Por qué grita?

— ¿quieres bajar la voz?— apenas puedo hablar.

— No que te estoy gritando — suelta mis manos y me carga en brazos.

Pierdo la noción del tiempo.

Narra Wolf

Tuve que llamar a mi médico personal, Ámbar no se puede morir, por qué muerta no me sirve.

— Reaccionó mal al cloroformo, deberías dejar de inyectarle o la terminarás matando.

— ¿Entonces que hago? Es la única manera de mantenerla tranquila, por que si se escapa, me jode. —Fumo un cigarrillo— La tipa sabe muchas cosas.

— Enamórala... Las de la DEA son difíciles, pero no imposibles.

— Nah, es una terca. Lo único que tiene metido en la cabeza es encerrarme, por que según ella, es donde merezco estar.— doy una carcajada

Ámbar comienza a moverse.

— Intentar no cuesta nada— sale.

Abre los ojos topándose conmigo.

— Pensé que eras una pesadilla, pero realmente eres un grano en culo. — Se voltea dándome la espalda — déjame.

—Nena... — Me siento en la cama — ¿como te sientes

— De puta madre ¿qué no ves?

— Nena, escucha, hagamos las
pases. — Me mira con el rabo del ojo— mírame... — Se voltea de mala gana.

Agarro su brazo atrayéndola a mi, mira mis ojos, baja la mirada a mis labios y vuelve a los ojos. Doy una ultima calzada al cigarrillo para apagarlo en el cenicero.

— ¿Por qué?— Se cruza de brazos— ¿Por que no te desases de mi y listo? — se arrodilla quedando a mi altura.

— Por qué no puedo...— Devoro sus labios con fuerza, hago de su cabello un puñado para que me mire.

— ¿Qué es lo que quieres? — preguntó sobre mis labios

— Ahora mismo... — Besó sus labios — Quiero follarte

Un Maldito MafiosoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora