Narra ámbar.
Logre convencer a Wolf para que me trajera a comprar un vestido para la boda de Greyce. Aceptó, pero me dijo que le debo algo, que obviamente no me dijo.
Llegamos a la primera tienda donde hay demasiados vestidos. Mi vista se fue a uno azul marino que me enamoró. No tarde en agarrarlo y correr hasta los probadores.
Salgo con el mirándolo en el espejo como se en mi cuerpo. Espectacular... Tiene un pequeño escote y una abertura en las piernas.
— Este le queda hermoso, pero creo que te quería mejor este— dice la empleada detrás de mi enseñándome un vestido largo y rojo.
—Yo prefiero este.
— Debería preguntarle a al señor.
— ¿Por que?— Río y seguían mirándome en el espejo.
— Debería tener un ojo masculino, digo... el a estado mirando hacia acá y creo que debería pedir su opinión.
Suspiro rodeando los ojos.
— Bien...— Camino hasta él.— ¿Qué tal?
Este levanta la vista del celular, me observa de arriba a abajo y regresa a mi rostro.
— No me gusta.— Se recuesta en el mueble y separa sus piernas — Pruébate el rojo. — Ordena.
No aguanto la carcajada que se me escapa.
— Pues de malas, a mi me gusta este— lo confronto.
—Pues de malas, a mi me gusta el
rojo— Se levantó y caminó hasta mi.— La que se lo va a poner soy yo...
— Y el que lo va a pagar soy yo... Y si no me gusta, no me gusta. ¿Está claro? — Sus ojos intensos estaban sobre los míos. No me da miedo, pero si me pone tensa. — Me llevo el Rojo— Le dice a la empleada sin quitar la mirada de mi.
—No, el azul.
— El rojo. —volvió a repetir de manera amenazante.
— A mi me gusta el azul— dije de la misma manera.
— Me vale mierda si te gusta o no. Se supone que ni siquiera estés aquí conmigo como si fueras mi amiga o un ligue.
Siento como la empleada se pone tensa y nos mirada incómoda.
— Yo te lo pedí, por qué Greyce me lo pidió, además de que nadie te está obligando a comprarlo.... Así que no vengas a joderme, yo no tengo la culpa de gustarte tanto como para que no me hayas matado ya o me dejes libre.
Aprieta su mirada y se acerca con los dientes apretados.
— Si me gustaras tanto créeme que ahora mismo no estuviéramos discutiendo por algo tan estúpido. — Me quedo en silencio y el aprovecha a hablar— El rojo y punto— miró a la empleada y salió.
•••
Bajo las escaleras y entro a la cocina encontrándome a Emma quien está fregando unos traste y vasos. Cuando termina sirve 5 vasos con whisky.
— Señorita Ámbar...— dice sonriente— Podría llevar esto al comedor en los que yo preparo uno bocadillos.
Asentí igual de sonriente, apenas salgo por la puerta escucho voces masculinas en el comedor.
— ¿Esta belleza quien es?— Uno de ellos nota mi presencia mientras me acerca y dejo un vaso delante de él.
Todos notan mi presencia incluso Wolf. Cuando llego donde el aprieta agarra mi cintura para que me acerque.
— ¿Donde está Emma?
— Haciendo los bocadillos...
— ¿Y Elena?
Levanto los hombros para dejarle saber que no se. Vuelvo mi mirada hacia al frente y noto la mirada de un hombre de tez morena a un costado de Wolf.
— ¿Nos dirás tu nombre o te quedarás callada? O espera, ¿Wolf te deja hablar o no?
— ¿Por qué no me dejaría hablar?
— Solo lo digo por que a Wolf no le gustan la que hablan mucho.
Me hago la sorprendida y lo miro.
— No lo sabía, ahora puedo hablar igual que una cotorrea cuando aprende a hablar.
Quito su agarre y regreso a la cocina viendo que Emma sirve unas frutas en un plato grande lleno de queso y jamones.
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Un Maldito Mafioso
RomanceÁmbar hará todo lo que esté a su alcance para encerrar a Wolf en una cárcel, incluyendo así, metiéndose entre sus sabanas. •••••••• Esta historia es completamente mía No permito copias