Capítulo 15

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Narra Ámbar

El aire frío da en mi rostro cuando abro otra puerta. Mis ojos se fijan en un Uber a unos metros. Apenas llego a la puerta una bala roza mis pies deteniendo mis pasos.

— Quieta...

Me volteo viendo como se acerca y me percato que uno de sus hombre fue quien disparó.

— Te e dado mucha libertad, pero eso no quiere decir que no sigas secuestrada. — Llega hasta mi— Te metiste en la boca del lobo desde que entraste por la puerta del hotel.

— ¿Es usted Roberto? —  Pregunta en español la señora del Uber mirándonos.

Si, Lo pidió para mi — respondo en español. — Lo empujo dándome el espacio para subir.
— Buena suerte encontrándome — cierro la puerta de un portazo — arranque, por favor.

El auto se mueve a la ves que mi respiración se agita.

— No es de aquí ¿cierto? — La señora me mira a través del espejo.

Niego.

— ¿Tenes un celular que me pueda prestar? — Asiente Me lo pasa.

Valió la pena a ver estudiado el lenguaje español.

Marco el número de Camila.
Dos tonos y suena.

— Habla Camila Laurt ¿Con quién hablo?

— Soy yo! Ámbar— habló con desespero.

— Ay por Dios! ¿Estás bien? ¿Donde estás? ¿El maldito no te a hecho daño?— se escucha como corre.

— Estoy bien... ¿estás en la oficina?

— Si, si, deja te conecto ahora al alta voz.

De un momento al otro escucho a todos el la oficina.

— Agente Stone ¿Como está? ¿Está libre para hablar con fluidez?— habla.

— Si, logre huir, pero no por mucho tiempo, noté que tengo un rastreador en un collar que me dió, pero ahora mismo estoy bien.

— Perfecto... cuéntanos.

— Me usó para atrapas y torturar Johnson...

— ¿Johnson? ¿El Alcon negro?

— Correcto lo tiene en un sótano en la casa.

— Perfecto, cuéntanos que mas...

Le conté todo lo que e oído y visto.

— Bien, Stone, bien... sigue así. De ahora en adelante, necesito que trates de ganar su confianza. Pronto nos veremos, mantente con vida, te necesitamos.

— Entendido...

Cuelgo.

— ¿Todo en orden, señorita?— me preguntó la señora.

Asiento.

— No me lleve en la dirección que el puso, déjeme en el teléfono público más cercano.

¿El mío no funcionó?

Si, es solo que necesito hacer una cosa.

— Hay uno cerca de un metro ¿está bien?— me mira a través de el espejo.

Esta Perfecto, muchas gracias— le sonrío amablemente.

Bien..solo debo esperar a que aparezca.

No se cuando tiempo pasa, solo noto a uno de los hombres de Wolf rondando como si no lo notara.
Me acerco a una señora y le pido una moneda que me la da sin ningún problema. La inserto marcando un número al azar. Por suerte nadie contesta.

— Por favor! Tienes que sacarme de aquí, Jefe!.

Me siento estúpida.

Gruño azotando el teléfono colocándolo en su lugar. Recuesto mi cabeza en la pared de cristal y... bingo!

Se acerca con una arrogante sonrisa, abre la puerta de la cabina para entrar.

— ¿Interrumpo?— Se acerca sin dejar espacio entre los dos.

— Disfrútalo, imbécil — Lo empujo— ¿Cómo me encontraste?

Dirige su vista al collar y yo sonrío con ironía.

— Vaya, no quiero saber como eres de novio— rodeo los ojos.

— Vamos... ¿creías que te iba a dejar huir como si nada? — Sonríe acercando su rostro al mío.

— Me habló como una puta — hago que mi respiración se agite— y tú no hiciste nada para detenerlo...

—¿Qué querías que hiciera?— su sonrisa no cae.

—¡Me tocó y tú te disculpaste con el! —Golpeo su pecho fingiendo desespero.

— Ya basta! — Agarra mis hombros — deja de actuar como un niña! Esta no es la que me gusta.

— ¿Entonces cual es la que te gusta?— Agarro la pistola que carga en la espalda y apunto su abdomen quitando el seguro. — ¿Está ? ¿La que no te teme? — La presiono en su abdomen.

— No te voy a contestar— lame su
labios con una sonrisa— Dulces sueños...

Algo quema en mi cuello tornando todo negro.

Un Maldito MafiosoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora