Capitulo 17

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Ámbar

Sus manos aprietan mis muslos al moverme sobre el, nuestro beso es tan brusco que mis labios comienzan a arder. Se incorpora rompiendo el beso, se relame los labios y permanece con una mirada seria. Alzo las manos y desliza la camisa dejando mis senos a su vista. Me da la vuelta quedando sobre mi.

Escuché lo que habló con aquel hombre, si va a intentar enamorarme tengo que hacerle creer que lo está logrando.

Lo jalo a mi boca enterrando mis dedos en su cabello. Baja por mi cuello besando y mordiendo, pasa la lengua por uno de mis senos y lo envuelve con su boca para pasar al otro. Mi respiración comienza a fallar cuando se acerca a la parte baja de mi estómago.

Desliza mis bragas con lentitud, abre mis piernas de par en par. Cuando llega ahí comienzo a sentirme culpable por lo mojada que estoy. Con Josean nunca he hecho esto, no sé si el no quería o nunca tenemos la oportunidad.

Aprieta mis muslos y siento como me devora allá abajo. Me tenso y arqueo mi espalda, pero mi casi orgasmo es interrumpido por golpes en la puerta.

Oh... vamos! Estaba a punto de llegar.

— Ahora no! — Wolf gruñe y se acerca besándome.

Subo sobre el para moverme compre su erección que te tiene deseosa.

— Señor... su hermano lo busca.

¿Hermano?

— Dile que se vaya a la mierda, no estoy para salvarle el culo—Baja sus pantalones quedando en bóxer.

La puerta se abre dejando ver un hombre muy parecido a Wolf solo que este no tiene ningún tatuaje a la vista.

— Siempre me decías que como gemelos teníamos que estar juntos y luego iba lo demás.

— Lárgate — Wolf gruñe y me cubre con su cuerpo.

— Te necesito, hermano... — El hombre hace puchero, actúa como un niño pequeño.

— Que te largues, Joder! Bajo ahora— El hombre lanza un beso a Wolf quien lo aniquila con la mirada.

La puerta se cierra y mis carcajadas rebotan.

— ¿De que te ríes?

— ¿Tienes un hermano gemelo? — Agarro la camisa — Vaya, cada día me sorprendes más.

Me levanto de la cama.

— Tu hermano te espera...— beso sus labios y camino al baño sin evitar reír.

...

Wolf

—No sabes cuanto te estoy odiando ahora mismo — Enciendo un porro para relajarme.

Alejandro ríe.

— ¿Desde cuando tienes tiempo para follar? — me quita el porro y le da una calzada— La tipa está buenísima para que te levante la polla de piedra esa que tienes.

Señala la maldita erección que tengo y lo miro mal.

— ¿Qué carajos quieres? ¿Tomás te botó de la casa? Ya era hora.

— Jaja, muy chistoso — me enseña el dedo del medio— Escuché que habías venido a Buenos Aires y quise visitarte ¿no puedo visitar a mi único y gemelo hermano?

Ámbar aparece en la cocina.

— Solo vine por algo de comer, no quiero interrumpir.

— La concha de tu madre, si fuera hetero esta me la podría dura en segundos.

— Así que... así se vería Wolf sin nada de tatuajes... nada mal — Lo recorre con la mirada — Los gays aveces están más buenos que los hetero.

Me mira y sale de la cocina con una dona en cada mano.

— Tiene mejor sentido de humor que
tú— Ríe —Mañana tengo una cena con Tomás, pero podemos hacer una cena doble, quiero conocer a mi cuñada.

—Cuñada ni que mierda, es agente de la DEA— Abre los ojos — Solo estoy jugando con ella...— bajo la voz para que solo el me escuche.

— Pues mejor... así pensará que quieres algo enserio— habla igual que yo.

— Sabes que no soporto a Tomás.

— Ni el a ti, pero todo por tu bien, no quiero que mi hermano se lo lleven a la cárcel— hace puchero.

— Ya lárgate... — subo las escaleras dirigiéndome a la habitación.

Escucho el sonido de la ducha, trato de abrir la puerta del baño, pero tiene cerrojo.

— Ahora me huyes! — alzo la voz.

El sonido de la ducha se detiene.

— Déjame bañarme en paz! — grita y vuelve a encender la ducha.

— Abre la puerta...— No responde— Ámbar!

Salgo de ahí, aún tengo la puta erección...

Un Maldito MafiosoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora