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Unos días habían pasado desde el día del campeonato, Emilio no había dejado de recibir felicitaciones de prácticamente todos, profesores, alumnos y demás.

En este momento los jóvenes caminaban por los pasillos de la escuela, con sus manos entrelazadas, recibiendo algunas miradas confundidas, al parecer aún no se acostumbraban al verlos juntos.

Joaquín rio un poco, al ver la expresión de algunos profesores o alumnos, en el momento que el rizado le beso la mano en un gesto cariñoso.

— ¿Por qué haces eso? —intrigó el castaño, al separarse después de que el rizado lo abrazo de cintura para besarlo, de repente.

— Sé que amas las expresiones que ponen los demás, cuando soy cariñoso contigo —susurró Emilio contra el oído de su novio, dedicándole una sonrisa.

Joaquín prefirió no decir nada pues era cierto lo que dijo el rizado, le divertía demasiado. Continuaron su camino a las gradas, ya que ahí les gustaba sentarse a almorzar, para tener más privacidad y a la vez disfrutar del clima cálido que había, se sentaron en la parte más alta.

— ¿Qué trajiste de almorzar? —preguntó Emilio pues su novio se negó a que compara algo en la cafetería.

— Traje ensalada como siempre, rollitos de verdura con queso y salsa de tomate, además para el postre mufins —dijo el castaño, sacando cada uno de los topers con las preparaciones.

— Muchas gracias cariño —susurró el rizado dejando un beso en una mejilla sonrojada de su novio.

Joaquín asintió sonrió un poco antes de comenzar a almorzar siendo acompañado por su novio. Minutos después estaban ya solo disfrutando del postre, justo en ese momento llegaron a colocar pósteres respecto al baile de graduación que sería el próximo fin de semana.

— ¿Tú has ido a alguno de los bailes anteriores? — preguntó Emilio, mirando la expresión que puso su novio cuando vio cómo colocaban el póster.

— Nunca me han gustado ir, por lo que jamás he ido a uno —confesó el castaño, dándole una mordida al mufin en sus manos.

— ¿Es en serio? —preguntó el rizado, recibiendo un asentamiento de su novio— ¿Y no te gustaría ir a uno?

— ¿Acaso me estás invitando? Yo pensé que serias de los clásicos que hacen todo un show —susurró Joaquín soltando una sonrisa.

— ¿Eso quiere decir que aceptas? —intrigó Emilio sin poder ocultar su gran sonrisa.

— No, solo lo dije porque cuando iba a clase cálculo alguien se puso a bailar para pedir que fueran a la graduación juntos —dijo el castaño soltando una risita.

— No seas cruel y vamos juntos al baile, será muy interesante y divertido —murmuró el rizado abultado un poco sus labios, al ver cómo el menor comenzaba a negar de inmediato— Anda haré lo que tú quieras, deseo bailar contigo, besarte y pasar una noche inolvidable.

— ¿En serio es tan importante para ti? —intrigó Joaquín, el mayor asintió sonriendo ampliamente— Quizá acepte ir cuando me lo preguntes después. Pero primero deberás entender que mañana faltaré a la escuela porque iré a ayudar a construir el refugio, por lo que estaré todo el día con Damián.

Emilio puso su expresión seria, la idea no le agradaba por completo, al final soltó un suspiro y asintió.

— Prometimos que nos tendríamos confianza y lo voy a cumplir, así que está bien que vayas, pero ¿podría también ir a ayudar? —preguntó el rizado.

— Estaría bien, solo espero que sea por ayudar y no para ir a cuidarme o algo así —musitó el castaño.

— Te prometo que es para ayudar, cariño —susurró Emilio antes de tomarlo del mentón para unir sus labios.

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