20

1.2K 107 147
                                    

Epílogo

Joaquín subió a su automóvil, necesitaba un café con un postre para poder desestresarse, había tenido un día bastante ocupado y atareado. Por lo que en lo único que pensaba después de ir a su cafetería, era un darse un baño y dormir.

Al llegar al lugar se bajó con una pequeña sonrisa, saludo a los empleados antes de hacer su pedido, sentándose en una de las mesas del rincón, la cual era su favorita, sacó el libro que leía en estos momentos, empezando a relajarse casi de inmediato.

La mesera dejó su pedido en la mesa y el castaño agradeció, tomando la taza con su mano disfrutando del delicioso sabor.

— ¿Joaquín Vicario? —intrigó una voz que hizo al mencionado levantar la mirada.

— Sí —susurró Joaquín, sonrojándose un poco, por la expresión que puso la joven.

— ¡Oh por dios! Vengo diario con la esperanza de encontrarte y que me firmes tú último libro, soy tú fan por completo de tu trabajo —confesó la joven, buscando en su mochila el libro.

— Lamento que no coincidiéramos antes, debiste cargar el libro mucho tiempo —murmuró el castaño tomando el libro entre sus manos para firmarlo y escribir un pequeño mensaje — ¿Cuál es tu nombre?

— Andrea —susurró rápidamente, aguantando sé las ganas de gritar por la emoción — Es increíble conocerte, intente ir a alguna de tus firmas, pero siempre algo me lo impedía.

— Quizá no pudiste ir, para que me conocieras ahora, mi padre siempre me ha dicho que siempre hay una razón para lo que pasa —musitó Joaquín, extendiendo el libro—¿quieres sentarte un momento?

Andrea asintió sentándose frente al castaño que después de años había cumplido su sueño de publicar un libro y no solo eso, ya tenía más de seis libros en el mercado.

— ¿Te gustan los romances? —intrigó la joven al ver el libro que leía antes de interrumpirlo.

— Definitivamente sí, creo que es algo obvio, escribo romances —contestó Joaquín.

— Cierto, mi pregunta fue absurda, lo lamento —dijo Andrea, sonriendo un poco al verlo negar— ¿Cuál de tus libros es él favorito? Si no quieres contestar no debes hacerlo.

El castaño se quedó pensando un momento, no era porque la pregunta fuera difícil, sino por recordar lo que significaba ese libro para él.

— El primero, independientemente de la historia, tiene un valor sentimental muy importante —admitió.

— Él mío también, aunque no me quita la espinita de que los protagonistas debieron tener un mejor final, ¿has pensado en hacer una continuación? —dijo Andrea.

— No lo creo, ahora tengo un proyecto y quiero dedicarme a eso —susurró Joaquín.

La joven asintió, agradeció por la firma y se fue, por más que le gustara platicar con su autor favorito debía ir a trabajar.

El castaño soltó un suspiro, jamás le molestaba el encontrarse a sus fanáticos, era lo contrario, le encantaba. Solo que hoy había sido un día difícil y lo que menos quería era recordar... Sus pensamientos se vieron interrumpidos al escuchar como decían su nombre, esa vez le parecía conocida.

— ¿Joaquín? —susurró de nuevo, sonriendo al ver cómo asentía antes de voltear a verlo, como si tuviera miedo de voltear.

Joaquín tomó el valor de voltear, en cuanto lo hizo confirmo porque tenía temor a ver de quien se trataba, ahí estaba... Emilio, aun después de tantos años lo reconocía, no había cambiado demasiado, quizá un poco más robusto, le había salido un poco más de barba, pero al final seguía siendo bastante atractivo.

Touchdown Donde viven las historias. Descúbrelo ahora