El día del juego de campeonato llegó, Emilio debería de estar más que feliz, pero no era así, desde ayer que paso lo del castaño, no había dejado de pensar en él, se sentía tan idiota por cada una de las cosas que dijo y por supuesto que estaba arrepentido.Tan mal se sentía que había considerado el no asistir al juego de la tarde, pero al final descartó esa idea y no por él mismo, a este punto le importaba un carajo todo lo que pasó, si jugaría sería por el equipo y principalmente por sus padres.
Durante toda la mañana, estuvo evitando por completo las preguntas de su madre, interrogándolo de que era lo que tenía; es obvio que no les iba a contar que al parecer le gusta su tutor, justo ayer le dijo que no era sexy y que no debía gustarle porque a él solo le gustan las mujeres. Agradeció que su padre se diera cuenta de que no quería responder nada y calmara a su progenitora.
Pasando las tres de la tarde Taner pasó por el rizado a su casa, aún faltaban tres horas para el juego, pero el quipo fue citado a esa hora para reparar las estrategias y demás. Se despidió de sus padres que se irían de la casa cuando fuera hora. El camino a la escuela fue totalmente silencioso, ninguno dijo nada.
Las dos horas que duró hablando el entrenador de estrategias y demás Emilio se la pasó completamente hundido en sus pensamientos, lo único que logró escuchar y eso porque su amigo lo codeo para que pudiera atención, era como les decía a la ofensiva que lo cuidaran, no importaba si era corredor o lo que fuera solo querían que lo cuidara; a pesar de sonar drástico no se le hacía ridículo, si una vez lo lastimaron intencionalmente no dudaría que hoy lo intentarían.
Al terminar la estrategia cada uno se cambió con su uniforme, para después comenzar a calentar. Cuando llego la hora del juego, Emilio seguía igual de pensativo, por más que intentaba alejar los pensamientos, se daba cuenta de que no podía, necesitaba hablar con Joaquín y aclarar todo, pero todo eso debía esperar hasta terminar el juego.
Por primera vez, cuando el rizado salió junto con todo el equipo al campo de juego, no tenía la gran sonrisa que le caracterizaba y mucho menos sentía la misma emoción que las veces anteriores.
El juego comenzó tan solo unos minutos después, los primeros minutos de juego del rizado parecían ser bastante prometedores, pero no fue así, en tan solo diez minutos ya le habían interceptado un balón y no había estado ni cerca de gol de campo ni mucho menos de hacer un touchdown.
El segundo cuarto, no mejoró demasiado y mucho menos porque el equipo contrario logró hacer tres anotaciones, ganandoles por veintiún puntos. Faltando solo cinco minutos para que termine la primera mitad y poder hacer una pequeña pausa, el rizado que estaba sentado en la banca esperando a volver a entrar es jalado fuertemente por el cabello.
— ¡¿Qué carajos?! —gritó intentando evitar que lo continúan jalando, pero le fue imposible, al menos hasta que lo soltaron, rápidamente subió la mirada para ver quien había sido sorprendiendo se al ver a Fernanda la hermana menor de Taner— ¡¿Qué te pasa maldita loca?! —exclamó manteniendose un poco alejado de la joven pues ya lo había golpeado en varias ocasiones y vaya que dolía.
— ¡¿Qué es lo que te pasa a ti?! Estás jugando peor que nunca, te lastimaste el pie no la mano idiota —comentó la joven bastante molesta.
— Solo estoy distraído, déjame en paz y no te metas en cosas que no —reprochó el rizado.
— ¿Ahora qué carajo hiciste? —intrigó Fernanda molesta, al no recibir respuesta continuó— Mira no me importa, lidia con tus malditos problemas después del juego, toda la gente estaba emocionada por tu regreso y tu llegaste peor que nunca, así que deja de pensar en lo que sea que te moleste y concéntrate en dar un buen juego, o cuando salgas te juro que te golpeare —amenazó recibiendo un asentimiento temeroso como repuesta.
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Touchdown
FanfictionUna lesión obligó a Emilio a dejar lo que más disfruta hacer y lo que le dará el poder de ir a la universidad, el fútbol americano. Aunque gracias a eso pudo interesarse en alguien muy diferente a lo que está acostumbrado; dándole la oportunidad de...