Lo único que se escuchaba en la habitación, eran jadeos y el chasquido de sus labios. Ambos jóvenes se encontraban con solo ropa interior, Emilio estaba encima del castaño besándose, mientras acariciaban sus cuerpos.
Era sábado por la mañana, se encontraban en esa situación porque la noche anterior, Emilio se había quedado a dormir y decidieron aprovechar la mañana, ya que estaban completamente solos, pues Adán ser había ido a trabajar.
Separaron sus labios, para recuperar un poco la respiración, se miraron completamente jadeantes.
— ¿De quién es turno? —preguntó el rizado, aunque obtuvo su respuesta cuando su novio metió su mano debajo de su bóxer, apretando su miembro, sacándole un gemido.
Con una sonrisa Emilio se sentó en la cama para evitar caerle encima al castaño, cuando le quito la ropa interior, para después continuar con la propia, dejando a los dos desnudos.
Joaquín sonrió, tomó de la nuca al rizado jalando lo para volver a unir sus labios, soltando un pequeño gemido cuando sus miembros rozaron.
A tientas Emilio busco en el mueble de a un lado el lubricante, vaciando un poco del líquido entre sus manos, llevando sus dedos a la entrada del menor, para comenzar a prepararlo aunque en realidad no era tan necesario, ya que llevaban una semana haciéndolo a diario y algunos días dos veces.
Quizá era demasiado, pero habían tenido demasiado tiempo libre después de ir a construir el refugio, ya que lo que les preocupaba a todos era el baile de graduación que de hecho sería hoy. Toda la semana habían ido a la casa de alguno de los dos y como estaban solas, fue imposible no hacerlo.
En tan solo unos momentos Joaquín ya estaba listo, por lo que el rizado retiro sus dedos, tomando su miembro entre sus manos, empezando a introducirse lentamente, disfrutando de las sensaciones.
Hace algunos días habían dejado atrás el usar condón, claro después de hacerse algunos estudios para comprobar que todo estuviera en orden.
El vaen empezó, lento, pero profundo, de inmediato los jadeos y gemidos se hicieron presentes. Joaquín comenzó a mover sus caderas en círculos, buscando más contacto, aferrándose a las sábanas, disfrutando de cómo tocaban su próstata.
— ¡Ah, Emi! —gimió el castaño.
De repente Emilio detuvo los movimientos, ganándose una mirada confundida de su novio, aunque cuando se sentó en la cama, pareció entenderle.
Joaquín se levantó, sentándose de nuevo en el regazo del rizado, introduciendo el miembro de nuevo en su interior, sintiéndose lleno por completo, se apoyó de los hombros comenzando a moverse.
Emilio tomó de la cintura a su novio ayudando con el vaen, subió su rostro para unir sus labios, callando un poco los gemidos de ambos.
— Estoy a punto —susurró el rizado, después de unos minutos, sintiendo el cosquilleo en su abdomen.
— También yo —jadeó Joaquín, llevando una de sus manos a su miembro.
Momentos después ambos llegaron a su orgasmo, el castaño se vino en sus abdómenes, mientras que Emilio dentro de esté. Se quedaron esa posición hasta recuperar un poco la respiración, al separarse cada uno se acostó en la cama.
Por unos quince minutos la habitación se quedó en completo silencio, al menos hasta que...
— ¿Mi turno? —intrigó el rizado subiéndose de nuevo encima de su novio, sonriendo en cuanto asintió.
[...]
Dos horas después los jóvenes estaban ya bañados, cambiados, desayunado y despidiéndose en la entrada de la casa de Joaquín.
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Touchdown
FanfictionUna lesión obligó a Emilio a dejar lo que más disfruta hacer y lo que le dará el poder de ir a la universidad, el fútbol americano. Aunque gracias a eso pudo interesarse en alguien muy diferente a lo que está acostumbrado; dándole la oportunidad de...