Creer.

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No le dirigí la palabra en el poco trayecto que quedaba hacia casa, la deje mirar el cielo tranquilamente.

-¿Krystal?, la observe.

-¿Qué sucede?

-¿Qué le ha sucedido a ese castillo?, la mire con el ceño fruncido.

-¿de qué hablas?

-dijiste que CREIAS, ¿eso acaso no es tiempo pasado?, asentí, -¿has dejado de creer?-, volví a asentir, -¿Por qué?-, en realidad no tenía respuesta para eso.

-No lose, crecí, supongo…

-Aun así, ¿Por qué no seguir creyendo?

-es patético, ¿sabes?, sé que eso jamás existirá…

-Krystal Jung me sorprende lo positiva que eres, se cruzó de brazos.

-Bueno, te sorprenderían muchas cosas de mí,  me asegure que mi muñeca izquierda estuviera totalmente cubierta.

¿Se lo Imaginan no?, ¿Por qué alguien tan segura de sí misma se auto dañaría?, es algo ilógico…pero mi seguridad y el carácter que proyecto son solo dos escudos para que la gente no me dañe. Una Princesa no siempre suele ser perfecta, solo es lo suficientemente inteligente para aparentar que lo es.

Llegamos a casa, todo estaba en completo silencio pero cuando Amber cruzo el marco de la puerta solo se escuchaba su voz sorprendida por la decoración del interior de mi casa.

-¿y tus padres?, me encogí de hombros.

-No lose, respondí caminando a la cocina y sirviendo dos vasos de jugo de uva.

-¿y tu hermana?

-Quizá con su novio, conteste.

-¿pasas todo el tiempo sola?

-En realidad, trato de salir…, le entregue el vaso con jugo dándole un sorbo al mío, -Odio la soledad…-

-Todos la odiamos, comento con un tono más apago en su voz.

-Bueno, sí, supongo…, suspire, -solo existen días en los que agradezco pasar tanto tiempo sola-

-cuando te sientas sola, sentí su mano posarse en mi hombro, -Puedes llamarme, solo abre tu cortina y allí estaré-, dijo en tono amable, quite su mano de hombro incomoda.

-No gracias, sonreí a duras penas, -además, no quiero que una sucia pervertida me mire de nuevo mientras me cambio-

-¡HEY!, fue un accidente, hizo un ligero puchero.

-Claro, uno que se repitió dos veces, me eche a reír.

-No tendría problema si eso sucede tres veces, dijo en tono coqueto.

-Vale, reí asustada, -déjalo ahí, me estas espantando-

-sabes que jamás sería capaz de herirte, estiro una de mis mejillas.

-Odio que me trates como una retrasada…, después de estirar mi mejilla la sobo con un ameno contacto con la palma de su mano.

-Disculpe Su majestad, hizo una mueca divertida.

-estas perdonada querida, dije en tono de realeza lo cual saco una carcajada de amber.

Comenzamos una idea vaga del proyecto, sinceramente…el jodido proyecto era mucho menos interesante que Amber cuando al Principio era lo contrario.

-¿entonces has vivido aquí siempre?, estábamos sentadas una enfrente de la otra en la gran mesa, levanto la mirada y después la regreso a su libro de textos.

Mi Príncipe es una Chica.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora