Inicio del Fin.

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*PVP Krystal*


Habíamos cumplido una semana atrás 5 años de estar juntas. Habíamos pasado tanto tiempo juntas que me era algo impresionante saber que el tiempo pasaba demasiado rápido.


Ahora ya no vivíamos en el mismo departamento en el cual dejamos muchos recuerdos, lo vendimos y compramos una casa hermosa de tres habitaciones, cocina, sala, comedor y tres baños con un jardín hermosos.


¿Qué era de nuestras vidas hasta ahora?, Bien...yo había terminado mi carrera y por fin estaba ejerciendo mis estudios en un consultorio infantil. Mientras que amber se había dedicado ayudando a su padrastro con la nueva compañía que se había construido en corea del sur.


Un año atrás Jonghyun se había casado con Kim Kibum, el pequeño hijo de minho y Taemin ya tenía 9 años. Sulli ahora estaba casada con un chico llamado Baekhyun (¿irónico cierto?).


Ahora mi hermana estaba casa y esperando a su segundo Hijo.


Mire el anillo en mi dedo, brillante y hermoso. Aún más porque Amber me lo había dado. ¿No lo había mencionado?, Nos habíamos casado un tiempo atrás, el padre de Amber lo había aceptado sorprendente mente y su madre que aunque no estaba en Corea lo había tomado bien de alguna forma.


-¡¡NO CORRAS!!, grito amber mientras correteaba a Lizzy.


-¡¡No voy a comer esa cosa!!, grito la pequeña sacando su lengua sin parar de correr alrededor del comedor. Sonreí.


Lizzy era nuestra hija, Tenía 5 años y la habíamos adoptado cuando era un pequeño bebe. Nuestra hija era hermosa, tenía su cabello perfectamente lacio y largo color marrón, un pequeño copete caía con gracia sobre su rostro.  


-¡¡ven aquí!!, insistió amber, -¿Krys puedes ayudarme?-, reí ligeramente.


-No, me negué haciendo un puchero, -yo tampoco quiero esa cosa verde-, señale el brócoli.


-Toda tu vida lo has comido, negué.


-Mentira, lo odio...


-Si mami no come yo tampoco, dijo lizzy firmemente.


-¡¡MAMA!!, escuche por las escaleras. Me levante un poco alarmada al escuchar la voz de mi segunda hija.


-¿Qué sucede cariño?, pregunte viéndola bajar con cuidado las escaleras.


Esa era nuestra otra hija, Jo la mayor, tenía 6 años y bueno...literalmente se parecía a Amber. Nuestra pequeña no era común como las otras niñas, a ella le fascinaban las películas de acción y amaba que la vistiéramos con ropa de chico, su cabello era corto como el de un niño café oscuro. Si le poníamos vestido no paraba de llorar, es por eso que jamás lo hacíamos, en cenas elegantes con la familia siempre le vestíamos con traje.


-¡¡¡no me despertaste para la comida!!!, se quejó mi hija.


Mi Príncipe es una Chica.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora