La llegada de los Weasley

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Capítulo 3

Los siguientes días Andrea pudo olvidarse un poco del mundo exterior, la marca no la molestaba y no la recordaba su existencia. Se pasaban las mañanas limpiando con la música a tope en una vieja radio que había encontrado Sirius en su cuarto.

Rubí volvió una mañana con las respuestas en donde le preguntaban a Andrea que había ocurrido, pero ella no pudo contestar a ninguna recordando lo que le había dicho Dumbledore.

Andrea conoció a Kreacher, un elfo domestico que parecía tenerle más respeto a ella que a Sirius, y que tampoco se dignó en ayudarlos a limpiar.

Lo primero que limpiaron fue la cocina, dejándola lo suficientemente limpia para que pudieran cocinar. Durante las comidas Sirius solía contarla historia sobre sus amigos y él en Hogwarts. En las que participaban él, James Potter, Remus Lupin y a veces si Sirius se atrevía a nombrarlo, Peter Pettigrew.

Cuando Andrea llevaba dos días en la casa, presenció la primera reunión de la orden. Pudo ver de nuevo a su padre y, a la señora y el señor Weasley quienes la saludaron cariñosamente, preguntándola como se encontraba. También conoció a Tonks, una chica unos cuantos años mayor que ella que acababa de terminar la carrera de auror, era un poco patosa pero muy simpática. Andrea conoció también al verdadero Moody, a Mundungus Fletcher, a Sturgis Podmore, Hestia Jones y otros más que se presentaron cuando Andrea los recibió en el vestíbulo.

Por desgracia, con la excusa de que era menor de edad, no la dejaron presenciar la reunión y la mandaron escaleras arribas donde se puso a tocar el piano aburrida y un poco molesta.

Ella había estado en el retorno de Voldemort y no se enteraba de nada, ni siquiera le dejaban echar un vistazo al profeta. Andrea no entendía que tenía de malo leer las noticias.

Cuando acabó la reunión bajó a la cocina donde ya la mayoría de los asistentes se habían marchado.

Molly había limpiado la cocina un poco más y preparaba uno de sus deliciosos platos viendo con desagrado los restos de pizza que ese día habían tenido Sirius y Andrea para comer.

—Pareces más contenta—dijo su padre acercándose ya listo para salir a la calle—me alegro.

Andrea le mostró una débil sonrisa y se sentó en la mesa mientras su padre se marchaba. La señora colocó la mesa para cuatro. Sirius se sentó en frente de Andrea mientras el señor Weasley apartaba unos papeles que debían haber visto en la reunión.

—¿Qué tal estas, Andrea? —preguntó la señora Weasley con expresión bondadosa mientras servía una gran cantidad de sopa en el plato de su marido.

—Genial, aquí encerrada—dijo Andrea con una mueca.

Luego se volvió a Sirius y ambos sonrieron.

—¡Somos compañeros de celda! —exclamaron a la vez mientras chocaban los cinco por encima de la mesa.

La señora Weasley lanzó una mirada reprobatoria a Sirius.

—Pues mis hijos se están volviendo locos, no paran de preguntar por ti—dijo la señora Weasley sirviendo los platos de Sirius y Andrea.

—Me adoran—contestó ella sonriendo.

—Sí, pero ahora son insoportables—dijo el señor Weasley sonriendo mientras se sentaba—No sé si te lo han contado, pero los gemelos se sacaron el carnet de aparición y creo que como sigan así van a olvidarse de andar.

Andrea sonrió mientras se acordaba de que Fred le había contado como habían asustado a su madre apareciéndose al lado de ella.

—Son un tormento—dijo Molly tomando asiento a su lado—y pronto podrás aguantarlos tú también.

Andrea Bletchley y la orden del fénix ☆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora