El departamento de misterios

50 12 0
                                    

Capítulo 39

Andrea enredó fuertemente la mano en la crin del thestral que tenía más cerca, puso un pie sobre un tocón y se subió con torpeza al sedoso lomo del animal. El thestral no se resistió, pero torció la cabeza hacia un lado, mostrando los colmillos, e intentó seguir lamiendo la túnica de Andrea.

Ésta encontró la manera de apoyar las rodillas detrás de las articulaciones de las alas, con lo que se sentía más segura; luego se volvió y miró a sus compañeros. Harry ya estaba subido en uno a su izquierda y Neville se había subido al lomo de otro thestral e intentaba pasarle una pierna por encima. Luna ya se había montado de lado en el suyo, y se estaba arreglando la túnica como si hiciera aquello a diario. Ron, Hermione y Ginny, en cambio, seguían de pie y sin moverse, boquiabiertos y mirando a los demás.

—¿Qué pasa? —preguntó Harry.

—¿Cómo quieres que los montemos? —dijo Ron con voz queda—. Si nosotros no podemos ver a esos bichos...

—¡Ah, es muy fácil! —comentó Luna; se bajó solícitamente de su thestral y fue hacia donde estaban Ron, Hermione y Ginny—. Venid aquí...

Los guió hacia donde se hallaban los otros thestrals y, uno a uno, los fue ayudando a montar. Los tres parecían muy nerviosos mientras Luna les enredaba una mano en la crin del animal y les decía que se sujetaran con fuerza; luego Luna volvió a montar en su corcel.

—Esto es una locura —murmuró Ron palpando con la mano que tenía libre el cuello de su caballo—. Es una locura... Si al menos pudiera verlo...

—Yo en tu lugar no me quejaría de que siga siendo invisible —dijo Harry siniestramente—. ¿Estáis preparados? —Todos asintieron, y Andrea vio seis pares de rodillas apretándose bajo las túnicas—. A ver... —Harry miró la parte de atrás de la reluciente y negra cabeza de su thestral y tragó saliva—. Bueno, entonces... Ministerio de Magia, entrada para visitas, Londres —indicó, vacilante—. No sé si... sabrás...

Andrea repitió lo que había dicho Harry mirando a la crin y sujetándola con fuerza.

Al principio el thestral de Andrea no se movió, pero poco después desplegó las alas con un contundente movimiento que casi derribó a la chica; el caballo se agachó un poco e inmediatamente salió disparado hacia arriba; subía tan deprisa y de forma tan vertical que Andrea tuvo que sujetarse con brazos y piernas a su cuerpo para no resbalar hacia atrás por la huesuda grupa.

Cerró los ojos y pegó la cara a la sedosa crin del thestral, y ambos subieron volando entre las ramas más altas de los árboles y se elevaron hacia una puesta de sol de color rojo sangre.

Andrea no recordaba haber volado jamás a tanta velocidad; el animal pasó como una centella por encima del castillo, batiendo apenas las grandes alas; el fresco viento azotaba el rostro de Andrea que, con los ojos entrecerrados, miró hacia atrás y vio a sus cinco compañeros volando tras ella. Delante de Andrea iba Harry que había sido el primero en despegar.

Todos iban pegados cuanto podían al cuello de sus monturas como hacía Andrea para protegerse de la estela que dejaba el thestral de Harry. Dejaron atrás los terrenos de Hogwarts y sobrevolaron Hogsmeade; Andrea veía montañas y valles a sus pies. Como estaba oscureciendo, distinguió también pequeños grupos de luces de otros pueblos, y luego una sinuosa carretera que discurría entre colinas y por la que circulaba un solo coche...

—¡Qué cosa tan rara! —oyó que Ron decía tras ella, y trató de imaginar lo que debía de sentirse al volar a semejante altura y a tal velocidad en un medio de transporte invisible.

Se puso el sol, y el cielo, salpicado de diminutas estrellas plateadas, se tiñó de color morado; al poco rato las luces de las ciudades de muggles eran lo único que les daba una idea de lo lejos que estaban del suelo y de lo rápido que se desplazaban. Andrea rodeaba fuertemente el cuello de su thestral con ambos brazos. Le habría gustado ir aún más deprisa. ¿Cuánto tiempo había pasado desde que Harry vio a Sirius tumbado en el suelo del Departamento de Misterios? ¿Y cuánto tiempo podría seguir aguantando Sirius las torturas de Voldemort?

Andrea Bletchley y la orden del fénix ☆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora