Los Black

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Capítulo 7

La señora Weasley los seguía muy seria por la escalera.

—Quiero que os vayáis directos a la cama, y nada de hablar —dijo cuando llegaron al primer rellano—. Mañana nos espera un día muy ajetreado. Espero que Ginny ya esté dormida —añadió, dirigiéndose a Hermione—, así que intenta no despertarla.

—Sí, dormida, ya —murmuró Fred por lo bajo después de que Hermione les diera las buenas noches, y siguieron subiendo hasta el siguiente piso—. Si Ginny no está despierta esperando a que Hermione le cuente todo lo que han dicho abajo, yo soy un gusarajo...

—Muy bien, Ron, Harry... —les indicó la señora Weasley cuando llegaron al segundo rellano, señalando su dormitorio—. A la cama.

—Buenas noches —dijeron Harry y Ron a Andrea y los gemelos.

—Que durmáis bien —les deseó Fred guiñándoles un ojo.

La señora Weasley cerró la puerta detrás de Harry con un fuerte chasquido. Andrea, Fred y George subieron por las escaleras hasta el tercer piso.

Se aseguró de que Fred y George se metieran en la habitación y cuando iba a seguir a Andrea por las escaleras su marido la llamó desde el segundo piso. Se despidió de Andrea rápidamente y volvió a bajar por las escaleras.

En cuanto Andrea vio que había desaparecido, retrocedió y llamó a la puerta, Fred abrió de repente enfadado como si creyera que era su madre, pero su expresión se relajó rápidamente. La agarró del brazo y la metió dentro del cuarto cerrando la puerta con rapidez.

El cuarto era exactamente igual que el de Harry y Ron, dos camas gemelas, en un cuarto sin nada en las paredes. George estaba al lado de la otra cama sin camiseta, Andrea lo miró de arriba a abajo mientras se ponía otra encima. Después volvió la vista a Fred que la miraba con desconcierto.

—¿Qué? —preguntó Andrea, Fred negó con la cabeza—Bueno sé que os vais aparecer llevarme con vosotros.

—Pero...

—Ya me ha aparecido más veces, no pasa nada—dijo Andrea insistente—confío en ti.

Fred se encogió de hombros y miró a George que hizo el mismo gesto. La agarró del brazo y se desaparecieron al segundo.

Andrea sintió que aterrizaban sobre algo extraño, más bien alguien.

—¡Ay!

—Baja la voz, Ron, si no quieres que venga tu madre—susurró Andrea.

—¡Os habéis aparecido encima de mis rodillas! Espera, ¿Andrea?

—¿Qué pasa? —preguntó Andrea, pero Ron no contestó parecía confuso.

—Sí, bueno, es que a oscuras es más difícil—dijo Fred.

Harry vio las borrosas siluetas de Andrea, Fred y de George saltando de la cama de Ron. Luego oyó un chirrido de muelles, y el colchón de Harry descendió unos cuantos centímetros porque George se había sentado cerca de sus pies.

—Bueno, ¿ya lo habéis captado? —inquirió George con avidez.

—¿Lo del arma que Sirius ha mencionado? —preguntó Harry.

—Yo diría que se le ha escapado —opinó Andrea, muy contenta. Ella y Fred se habían sentado al lado de Ron—. Eso nunca lo habíamos oído con las extensibles.

—¿Qué creéis que es? —siguió preguntando Harry.

—Podría ser cualquier cosa —contestó Fred.

Andrea Bletchley y la orden del fénix ☆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora