Un mes antesEra una mañana de tantas, aunque no para Harry pues este se mecía con ansias en la vieja mecedora de su abuela.
Cada día, desde hacía ya una semana, el chico esperaba el correo, deseando recibir la llave que le abriría las puertas a su sueño de ser alguien en la vida.
Harry necesitaba superarse y dejar de ser ese pobre chico ciego, que había perdió a sus padres en un trágico accidente, siendo niño.
Desde que había tenido que afrontar su nueva situación, muchas cosas habían cambiado en su vida pues había tenido que dejar su hogar, el colegio, a sus amigos y todo lo que había conocido desde que se había ido a Los Ángeles.
Vivir con sus abuelos en Inglaterra le supuso muchos trastornos, ya que a parte de extrañar a sus padres cada día de su vida y escuchar el constante murmullo de los vecinos, también tuvo que aprender todo de nuevo.
Mary y John, lo inscribieron en un buen colegio para invidentes y allí, poco a poco le enseñaron a leer en braille, el cual era el sistema de lectura y escritura para las personas ciegas como él.
Las secuelas del accidente no solo habían sido físicas, sino que durante mucho tiempo, el ojiverde padeció estrés postraumático, el cual se manifestó con una frecuente irritabilidad, ansiedad y múltiples pesadillas.
En los primeros meses, le había costado mucho adaptarse y conseguir aceptar su nueva condición, aunque gracias al psicólogo de la escuela y la inmensa paciencia de sus abuelos, este finalmente consiguió afrontarlo.
El doctor Paul Smith, que así se llamaba el psicólogo que llevaba su caso, lo ayudó en muchas ocasiones aún cuando este dejó la escuela primaria pues tenía además una consulta privada.
Era por él, que Harry deseaba ser eso también, para así ayudar a otras personas en su misma situación, ese era uno de sus anhelados sueños.
El otro era por supuesto, el volver a ver algún día y aunque había pasado ya por dos dolorosas y fallidas operaciones, no perdía las esperanzas de hallar un donante compatible.
Había sido realmente duro el hacerse ilusiones y luego tener que afrontar la derrota, sobre todo la primera vez pues tan solo tenía trece años y aún estaba en pleno proceso de superación.
Tan solo había pasado un año desde su segunda operación y aunque la desilusión aún era reciente, el que su cuerpo rechazara las nuevas corneas, ya no le había resultado tan traumático como a los trece, ya que éste estaba totalmente adaptado a su vida como invidente.
De repente, este escuchó la esperada campanita que anunciaba que el cartero había llegado y con una amplía sonrisa, cogió su bastón y tras levantarse, caminó hacia la puerta y salió de la casa.
Al llegar al buzón, este lo abrió y muy ilusionado comprobó que había varias cartas.
...-Por favor, por favor-Susurró dándoles un beso-...que sea una de estas.
Con la misma destreza con la que había salido, el chico regresó al interior de la casa y caminó hasta la cocina dónde se encontraba su querida abuela.
-Rápido, mira si está aquí-le exigió a ésta-... tiene que ser una de ellas.
La mujer lo acarició con ternura.
-Mi niño, no debes ilusionarte así, sabes que te hace mal...sino es en ésta ocasión ya será en otra, no debes desistir.
Harry negó.
-No, abuela, no habrá otra ocasión como esta...se trata de una beca especial y única...estudié mucho para ello y sé que mi examen era muy bueno.
Mary sonrió con tristeza pues no quería ver a su nieto volver a desilusionarse pero sabía lo difícil que era conseguir la plaza.
-Venga abuela, míralas ya- volvió a exigirle impaciente.
Una a una, la mujer revisó todas las cartas, hasta que finalmente, al ver la última, le agarró la mano a su nieto.
-Cariño.
Este sonrió entusiasmado.
-Abrela abuela, abrela ya.
Tras leersela, el muchacho muy feliz se abrazó a ésta muy feliz, aunque esta se había quedado en shock.
-¿Qué es lo que ocurre?-preguntó extañado John, entrando en la cocina.
-¡Abuelo!, ¡abuelo, lo he conseguido!, ¡tengo la beca!, ¡Podré ir a la Universidad!—Gritó el chico eufórico.
-Eso es fantástico, Harry... estoy muy orgulloso de ti, sabía que lo conseguirías-dijo el hombre abrazándolo con fuerza.
La mujer se sentó en una de las sillas con la cara desencajada.
-¿Qué ocurre, cariño?, ¿Por qué estás así?
Mary le entregó la carta a su esposo.
-No creí que esto supondría que tendría que dejarnos...oh dios mío mi hermoso bebé, se irá de nuestro lado-dijo ésta rompiendo a llorar—…le han concedido una habitación.
Ambos la abrazaron.
-Tranquila abuela, ni notarás que no estoy aquí...además así ya no tendréis que estar pendientes de llevarme y traerme cada día...además vendré los fines de semana y en vacaciones...no llores más.
-Si, tranquila cariño, todo irá bien...Nuestro querido nieto estará bien.
......
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60. Una luz en mi oscuridad - Larry Stylinson -Terminada
FanfictionHarry Styles es ciego desde los diez años, cuando un fatal accidente lo dejó huérfano y sin visión. Criado junto a su abuelos y tras rechazar en dos ocasiones los implantes oculares, este luchará por superarse y conseguir sus ansiados sueños. A sus...