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Irremediablemente el primer fin de semana llegó y muchos de los estudiantes universitarios, entre ellos Louis y Harry hicieron su equipaje para regresar a casa con sus respectivas familias.

...-Ha sido genial

-¿El qué chico valiente?

-Me refiero a esta primera semana aquí...realmente ha sido mucho mejor de lo que había pensado.

-Es fantástico que pienses así...muchos de los estudiantes ya se desaniman en la primera semana.

El ojiverde sonrió.

-A mi no me ocurrirá eso, pienso aprovecharlo al máximo...debo pensar en mi futuro.

De repente su compañero se detuvo y lo miró fijamente.

-Nunca has pensado en operarte, quizás...

-¿No lo sabes?

-¿El qué?

-Oh lo de mis fallidos trasplantes ...mi cuerpo rechazó las corneas en dos ocasiones

El guía negó con pena.

-Oh mierda lo siento, no quise ser metepatas.

-Tranquilo, ya lo he aceptado.

Un taxi que previamente su compañero había llamado, esperaba al rozado en la puerta del campus y por supuesto, amablemente este fue a acompañarle.

-Bueno chico valiente, nos veremos el domingo por la noche.

-Gracias Lou, cuídate mucho-Dijo el menor acercándose y dándole un tierno e inesperado beso en la mejilla—…que lo pases muy bien.

-Gracias Lou, cuídate mucho-Dijo el menor acercándose y dándole un tierno e inesperado beso en la mejilla—…que lo pases muy bien

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-T-Tú ta-también cu-cuídate mucho-balbuceó este algo nervioso—…y pasárselo bi-bien.

Harry se fue y tras ver alejarse el taxi, el ojiazul se tocó la mejilla y suspiró con pesar.

-Regresa a mi sano y salvo, por favor chico valiente.

Acto seguido, el estudiante de Trabajo Social volvió a la habitación para recoger su maleta e irse a su casa, ya que su padre venía de camino.

Ya casi no quedaba nadie allí, por lo que había mucho silencio, entonces el ojiazul hizo tiempo cerrando sus ojos y comenzando a caminar por la habitación.

Dos veces se golpeó la rodilla contra las camas y otras tres se dio en la nariz contra las paredes.

-Auch...esto es muy difícil...eres realmente admirable chico valiente...admirablemente hermoso-dijo abriendo sus ojos y riéndose de su torpeza-...voy a extrañarte mucho estos dos días.

De repente, varios golpes y gritos se escucharon, entonces rápidamente salió al pasillo junto con otros dos chicos que aún no se habían ido.

...-¿Qué ha sido eso?-preguntó muy preocupado.

-Creo que es la habitación de Liam- habló uno de ellos.

Sin esperar más, Louis corrió hacia allí y llamó a la puerta.

-Hey Liam... hey, ¿estáis bien?...abre la puerta, por favor.

En el interior de la habitación, el desolado mayor intentaba una vez más echar abajo la puerta del baño, luego de que llegase de una reunión y se encontrarse las paredes llenas de espeluznantes dibujos hechos por su compañero.

El inestable Shawn se había encerrado y parecía estar sufriendo uno de sus repentinos episodios pues no dejaba de llorar y gritar «que lo dejasen tranquilo» y «que los monstruos se fuesen».

Tras intentarlo sin éxito, este decidió abirle la puerta al ojiazul para que le ayudase a derribar la puerta.

Luego de varios intentos, al fin lo consiguieron y este se encontró a su compañero acurrucado en una esquina, empapado en llanto.

-¿Qué has hecho Shawn?, ¿Qué te has hecho pequeño?-preguntó el ojimiel agachándose para cogerlo.

-Oh Dios mío-Dijo Louis muy impactado en cuanto vio la sangre del menor en las manos-...iré a avisar en enfermería.

-No, no lo hagas, por favor-le rogó enseguida su igual-...no avises a nadie.

-Pe-Pero él está herido.

El mayor limpió la sangre con la toalla del vidé.

-Tranquilo, solo se ha cortado un poco...ya he visto esto en mi madre, se autolesionan intentado evadirse de sus alucinaciones...yo lo curaré.

-¿Estás seguro que puedes controlarlo?, esto es demasiado, creo que deberíamos decirlo a la organización del programa-habló el ojiazul nuevamente muy asustado.

-No...yo pasé por alto lo que pasó el otro día con Harry, me lo debes.

-Está bien, no diré nada.

-Gracias, muchas gracias Louis.

Luego de irse este, Liam cogió a su menor en brazos y lo sacó del baño.

-Li, dile que se vayan...Díselo...dile que me dejen tranquilo-le suplicó Shawn en medio de su alucinación-... quieren hacerme daño...quieren llevarme con ellos.

-Shssss... tranquilo pequeño...estarás bien, lograrás estarlo... yo voy a cuidar de ti.

.....

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60. Una luz en mi oscuridad - Larry Stylinson -TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora