60. Una luz en mi oscuridad - Larry Stylinson -Terminada

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Un atardecer más, tras terminar las clases, ambos chicos llegaron a su habitación y luego de asearse y cenar algo, se tumbaron en sus respectivas camas para estudiar un poco.

...-Louis, ¿Quién es ese tal principito?-preguntó el ojiverde sin poder concentrarse en su lectura.

Este sólo escuchó un profundo suspiro procedente de su compañero, entonces se levantó y caminó unos pasos hasta la otra cama y se sentó en ella.

-¿Te has dormido Lou?

-No, Haz za, no me he dormido.

El rizado extendió la mano y tras tantear donde estaba el mayor se tumbó a su lado.

-Por favor, cuéntamelo...quiero saberlo todo de ti, no podré seguir estudiando si no me lo cuentas.

El ojiazul lo miró.

-Ya te dije que es complicado y que te lo contaría cuando estuviese preparado.

Harry asintió con la cabeza, la cual apoyó en el pecho de este.

-¿Puedo al menos estar aquí un rato contigo?, quiero estar cerca de ti, prometo no molestarte en tu lectura.

Lluís sonrió tiernamente.

-Ya no estaba leyendo, chico valiente... yo tampoco puedo concentrarme.

El ojiverde levantó la cabeza.

-¿Qué hacías entonces?.

-Te estaba observando en silencio.

Ambos se sonrieron, permaneciendo en silencio un buen rato más, hasta que unos golpes en la puerta los alertaron.

-¿Quién será a estas horas?- preguntó el mayor mirando el reloj que marcaban las nueve y veinte de la noche.

Rápidamente se levantó y abrió la puerta.

-Oye amigo-dijo Zayn bastante apurado-...Tengo un problema en mi cocina, ¿puedes venir a ayudarme?.

-¿Dónde está Niall?

-Él aún no ha regresando, creo que salió a beber con sus amigos.

Este asintió.

-Bien, deja que me pinga unos pantalones y ya voy.

Mientras se vestía, su amigo morocho entró y con confusión vio que el rizado estaba tumbado en la cama de este.

—Oh joder Louis, ¿Qué estás haciendo?—susurró para sí—…esto no esta bien, nada bien.

Tras regresar a su habitación, Zayn aún conmocionado entró y cerró la puerta.

-Bien, dime ¿dónde está el problema?

-Quién piensa ahora en eso-le dijo este muy molesto.

-Pero dijiste que tenías un problema en tu cocina—habló confuso el ojiazul.

-Ah, es solo que se me quemó la tortilla y quería que me hicieses una.

Louis negó.

-Joder, eres un desastre amigo.

El morocho lo miró fijamente mientras se le acercó con notorio enfado.

-¿Estás loco?, ¿Lo estás verdad?-preguntó-... ¿Te has follado al chico del programa?

El ojiazul lo miró con confusión.

-No, nada de eso.

-¿Entonces qué diablos hacía tumbado en tu cama?, ¿Te das cuenta que le estás dando unas esperanzas que no irán a ninguna parte?

Louis suspiró y se apoyó en la puerta.

-Lo sé, lo sé pero no puedo evitar quererlo, es tan tierno y adorable...no puedo rechazarlo.

-Estás jugando con fuego, ¿Lo sabes verdad?...no puedes cruzar la línea o arruinarás más tu vida y lo que es peor, la de ese inocente chico.

El guía asintió con pesar y entonces rompió a llorar.

-Ya la he cruzado, Zayn.

Su amigo dio un pequeño salto y lo miró con horror.

-Pe-Pero si habías dicho que no te lo habías follado, ¿Qué has hecho?, ¿Lo has besado?

El guía caminó hasta la silla del escritorio de este y se sentó.

-Peor que eso, le he hecho una mamada.

El morocho se pasó las manos por la cabeza con desesperación y a continuación le gritó.

-¿Te has vuelto idiota de repente?...¡Oh joder!, ¡Esto es increíble!, ¡Sabía que algo así pasaría!, ¡Lo sabía!.

El ojiazul rompió a llorar impotente.

-No sé que voy a hacer, no voy a poder con esto...no voy a poder

-Lo siento, amigo pero esto es un problema serio y tan solo le veo dos posibles soluciones, aunque no creo que te guste ninguna de ellas.

Louis lo miró con pesar.

-¿Cuáles?

El morocho le puso la mano en el hombro.

-Pues tienes que decidirte si dejar a Ed definitivamente y arriesgarte a que este vuelva a intentar matarse y vivir con ello y te quedas con es chico o te quedas con tu novio y te quitas del programa de becas especiales para que le designen otro guía a él.

-No, no puedo hacer eso- negó Louis rápidamente-...no puedo dejar que Ed se lastime o muera y tampoco puedo dejar ir a Hazza, me gusta mucho.

-Pues tienes que decidirte rápido, amigo porque no puedes seguir así... ese chico se está apegando mucho y le harás mucho daño, ¿Quieres hacerle sufrir?...yo solo te digo eso.

—No, claro que no pero...

—Sé que es difícil amigo pero tienes que decidir.

El acongojado guía soltó un profundo suspiro y a continuación se secó las lágrimas.

-Tienes razón, no puedo hacerle eso, ya ha sufrido bastante y no puedo hacerle más daño...con todo el dolor de mi corazón, tendré que dejar de ser el compañero de mi chico valiente.

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