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Luego de pasarse todo el fin de semana pensando los pros y contras de vivir con Louis, Harry decidió aceptar pues tampoco había encontrado nada más y el hacer que su abuelo se pasase el tiempo en la carretera, yendo y viniendo cada día, no le hacía mucha gracia.

Así que tras hablar con ellos, el ojiverde llegó al edificio de Louis y luego de despedirse su abuelo, puso rumbo al apartamento de este.

—Hola, ¿Todavía hay una habitación para mi?—dijo este bada más ver al ojiazul.

—Oh pues claro, chico valiente, por supuesto, pasa.

Tras instalarse, el ojiverde miró al mayor fijamente

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Tras instalarse, el ojiverde miró al mayor fijamente.

-Bueno y ahora que ya estoy aquí, ¿me contarás por fin por qué demonios estás aquí y no en tu antigua habitación?

El mayor negó.

-No me apetece hablar de ello, lo cierto es que prefiero besarte y abrazarte...todavía no puedo creerme que estés aquí.

El menor lo miró con ligera molestia.

-Eres un tramposo, me dijiste que si me quedaba me lo contarías...si no me lo dices, entonces me iré.

Louis resopló con resignación y tras separarse de este, se sentó.

-Está bien, está bien te lo diré-dijo con semblante serio-...Dejé mi habitación en el edificio del campus por Ed.

Harry que se había sentado a su lado se levantó enseguida.

-Si vas a hablarme de tu jodido novio, si que me largaré.

El mayor le cogió la mano e hizo que se sentase nuevamente.

-No es lo que crees, tranquilo.... además él ya no es mi novio.

Este lo miró con el ceño fruncido.

-Ah ¿no?, ¿Qué ha pasado?

El ojiazul suspiró.

-Descubrí que me engañaba.

-¿Con otro chico?

-No, nada de eso...lo hizo con su enfermedad.

El menor puso su mano sobre la se este y se la apretó.

-¿Por qué hizo eso?, creí que te amaba, al igual que lo hacías tú- habló sin entender.

El mayor tragó duro.

-Lo he pensado mucho y creo que lo que yo sentía por él nunca fue amor...al principio hubo mucha atracción y cariño, luego se convirtió en costumbre y finalmente solo había resignación.

El ojiverde le acarició la mano.

-¿Cómo lo descubriste?, ¿Te lo confesó él?

El mayor bufó.

-No, lo hice yo...Este fin de semana, en la última de las visitas que le hice, lo escuché hablando con su terapeuta, el cual resultó ser una estafa pues por dinero, mantuvo la mentira-el mayor hizo una pequeña pausa-...Ed y sus padres lo planearon todo para que yo no lo dejase y asegurarse así un futuro financiero...fingió su intento de suicidio y fingió sus delirios también...usó la culpa que yo sentía y tomarme por un tonto fácil de engañar y lo consiguió.

-Joder, menudo cabrón resultó ser el tal principito-dijo el rizado muy molesto-... pero hay algo que no entiendo, que tiene que ver eso con que dejases la habitación.

Louis lo miró con una amarga sonrisa.

-Para qué no sepa donde estoy...lo cierto es que poco después de dejar de ser tu guía, no pude olvidarte y bueno ir con él me resultaba cada vez más difícil... un día le insinué que debíamos darnos un tiempo y entonces no dejó de llamarme y dejarme recados... una noche, él se escapó y presentó en mi puerta llorando...decía que quería que lo perdonase... discutimos de nuevo, lo eché pero al día siguiente regresó y al otro también...no me quedó más remedio que irme de allí.

Harry asintió y acto seguido se inclinó y le besó la mejilla.

-Siento que hayas pasado por todo eso pero la verdad es que me alegro que al fin puedas seguir tu vida sin esa maldita sanguijuela.

-Yo también, chico valiente...yo también, sobre todo porque ya no habrá nada que me impida amarte como te mereces.

Ambos se sonrieron y se besaron.

-Te he extrañado mucho todo este tiempo, creí morirme sin ti- habló el ojiverde en un puchero-... fuiste muy malo conmigo.

El mayor asintió con pesar.

-Lo siento muchísimo cariño y por ello no me llegará esta vida para pedirte perdón.

-¿Cariño?, ¿Qué hay de chico valiente?

El mayor rió

-¿No te gusta ese apelativo?, puedo llamarte cariño valiente si te gusta más.

Harry negó sonriendo

-No, cariño a secas me gusta más.

El ojiazul asintió conforme y a continuación lo estrechó entre sus brazos.

-Bueno pues cariño a secas...ya es tarde para ir a clase y temprano para comer, ¿Qué quieres hacer mientras tanto?-le susurró mientras lo tumbaba sobre la cama con una mirada lasciva-... la verdad es que a mi se me ocurren un par de cosas.

El menor sonrió jadeante.

-A mi también Lou...a mi ta-también...

.......

¡¡¡SMUT!!!, ¡¡¡SMUT!!!, ¡¡¡SMUT!!!

60. Una luz en mi oscuridad - Larry Stylinson -TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora