Harry Styles es ciego desde los diez años, cuando un fatal accidente lo dejó huérfano y sin visión.
Criado junto a su abuelos y tras rechazar en dos ocasiones los implantes oculares, este luchará por superarse y conseguir sus ansiados sueños.
A sus...
Luego después de que Niall le metiera el gusanillo del fútbol durante días, Harry decidió unirse al equipo.
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Cuando llegó el momento de presentarse a la prueba que el entrenador le hacía a cada candidato a jugador de su equipo, este estaba muy nervioso.
...-Tranquilo, lo harás bien no te preocupes ...me has dicho que jugaste de niño ¿verdad?.
-Si pero eso fue hace mucho tiempo...creo que esto ya no es tan buena idea, Niall.
-Venga, anímate y solo disfruta, piensa que esto solo es un entrenamiento...el verdadero partido será el viernes.
El ojiverde tragó duro.
-Pero yo no estaré preparado.
-Lo estarás.
Minutos después, luego de que el entrenador lo metiese al campo y de verlo un tiempo jugando, tanto el como todos los demás, se dieron cuenta de que éste llevaba el fútbol en la sangre.
En los días siguientes, Harry aprendió todas las tácticas que aunque le sonaban de niño no, la mayoría las había olvidado.
El viernes llegó y todo el equipo jugó muy unido, mientras el entregado público los animaban, incluido al moreno que aunque no era muy conocido pronto empezaron a victorearlo.
Llevaban diez minutos cuando esté marcó su primer gol y unos minutos antes de terminar el encuentro, el rizado tuvo la oportunidad de marcar el tanto que le dio la victoria a su Universidad.
Para celebrarlo, todos salen a celebrarlo en la noche.
...-Estoy muy orgulloso de ti, mi chico valiente... sabía que harías grandes cosas, te amo-le dijo Lou en un momento de la noche cuando todos dejaron de acaparar a su novio.
-Y yo te amo a ti
De regreso a casa se besaron entre risas y bromas, en cada rincón del camino y justo cuando iban a entrar en el portal de su edificio, el mayor lo cogió en volandas y elevó.
-Te amo, te amo, te amo, te amo, te amooooooo....
Este rió ante eso.
-Anda bájame, no seas loco...mira que si me caigo y me lesiono, tendrás que indemnizar al equipo pues ya no podrá ganar sin mí-Bromeó.
El ojiazul negó.
-Antes dame un beso
-No no te daré
-Pues entonces no te bajaré
El menor sonrió y acto seguido asintió.
- Está bien, te lo daré.
La pareja se besó apasionadamente.
-¿Me bajarás ahora?- preguntó el menor fingiendo un puchero.
