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El domingo en la tarde, Louis hizo su maleta nuevamente y tras despedirse de su madre, subió al coche con su padre.

Durante todo el viaje apenas cruzó cuatro palabras con él pues a pesar de este era un buen hombre, era muy reservado.

El recorrido le dio para pensar en la conversación que había mantenido con su madre y también pensó en Harry y en las inmensas ganas que tenía de verlo de nuevo.

Cuando al fin llegó al campus, éste se bajo del vehículo y corrió hasta el edificio de habitaciones, donde muy emocionado subió las escaleras hasta el segundo piso.

Ansioso sacó su llave del bolsillo, tras al llegar frente a la puerta y la abrió con una gran sonrisa, la cual decayó al encontrarse el lugar totalmente vacía pues el rizado todavía no había llegado.

Durante horas lo esperó con mucha impaciencia, realmente no sabía el porqué de sentirse de ese modo, eso era nuevo para él pues ni siquiera al comienzo de su relación con Ed, había estado de esa manera cuando se separaban.

Ya oscurecía cuando tras haber dado múltiples vueltas por la habitación, angustiado por la tardanza del ojiverde, este se apoyó en una de las paredes y soltó un profundo suspiro.

...-Por favor, chico valiente... regresa, vuelve a mi.

Unos minutos después, este escuchó ruidos en la puerta y con gran alivio vio aparecer a este.

-Chico valiente

El invidente sonrió al escuchar la voz de su guía

-Lou

Rápidamente el mayor se acercó siguiendo un impulso y lo abrazó con fuerza.

-Que bien que hayas llegado, te extrañé mucho.

Harry sonrió ampliamente tras escuchar eso y también lo abrazó con fuerza.

-Yo también te extrañé.

Durante unos minutos, se mantuvieron abrazados, respirando el aroma del otro, escuchando el latir de sus desbocados corazones, sonriendo felices de reencontrarse.

Luego de eso, Louis cogió la maleta de este y le ayudó a guardar la ropa en el armario.

-¿Tienes hambre?

-Mucha-Contestó el rizado caminando hasta su cama.

-Bien, entonces ve a darte un baño y yo mientras prepararé la cena, ¿De acuerdo?

-Si, de acuerdo.

Durante unos veinte minutos, el rizado se mantuvo bajo la ducha, dejando caer el agua sobre su piel y sin parar de pensar en el rico aroma de su compañero, en su linda voz y en el cuerpo de este pegado al suyo.

De repente sintió como su pene se endureció pero le dio reparo masturbarse pues aunque había tenido erecciones mañaneras, estas habían bajado solas.

Nunca había sentido la necesidad de tocarse pero en ésta vez era diferente, ésta no se bajaba, se mantenía erguida y le daba calambres con el simple roce del agua, haciéndole jadear.

Inesperadamente, escuchó la voz del mayor que lo llamaba.

-¿Estás bien chico valiente?... sal ya, la cena está lista.

El ojiverde resopló.

-Bájate, ¿Por qué no te vayas ya?-le habló a su miembro.

-Hey chico valiente ¿Estás bien?- volvió a preguntar su compañero algo extrañado.

-S-Si e-estoy bi-bien-habló este con la voz entrecortada.

El ojiazul se preocupó al escucharle y tras girar el pomo entró.

-Chico valient....

-Lou no entr...

El mayor tragó duro ante la hermosa y erótica visión que tenía delante.

-Oh joder, esto es mucho para mí-soltó mientras se quitaba la camisa y se acercaba a este.

El guía le besó el hombro en un incontrolado arrebato.

-Lo-Lou... Louis-balbuceó el menor entre gemidos tras sentir la boca de este sobre su erizada piel.

-Eres tan hermoso chico valiente, no puedo soportar no querer tocarte.

-Tócame Lou... tócate, por favor.

Tras escuchar eso y olvidándose de todo lo demás, el mayor siguió recorriendo el cuerpo del menor dejando cortos besos sobre este.

-Quiero besarte.

-Me temo que no sabré hacer eso-Dijo el rizado algo avergonzado.

-Oh joder... eres tan jodidamente tierno que te comería entero.

El ojiverde sonrió y acto seguido el mayor atrapó sus labios en un necesitado y apasionado beso.

Luego de eso, el guía fue bajando mientras le besaba el pecho, luego el vientre y finalmente llegó a la entrepierna.

-Oh jo-joder- Soltó el menor en miedo de un placentero gemido, cuando este agarró su polla.

El ojiazul se metió en la boca, el erecto y duro miembro y comenzó a chuparlo mientras lo bombeaba arriba y abajo.

-Oh jo-joder...oh mi-mierda-soltaba entre jadeos el moreno-... oh Dios Lou, ¿Q-Qué me estás ha-haciendo?...aaaah siii....siiii...

Luego de unos minutos, Harry se corrió en la boca de su compañero y este orgulloso volvió a incorporarse y lo besó de nuevo.

-Ha s-sido mi pri-primera vez-confesó el moreno recuperando el aliento-Yo nu-nunca antes...

-Ha sido todo un placer, chico valiente.

.................

¡¡¡¡AAAAAAAHHHH....!, no sé vosotros pero yo estoy muy emocionadaaaaaaa.....!!!!😋😋😋

60. Una luz en mi oscuridad - Larry Stylinson -TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora