17| P a s a d o

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Resistiré- Ataque 77

CAMERON:

No lo podía creer, de ninguna manera podía ser ella.

Sacudí mi cabeza y volví a mirar hacia donde se encontraba el hermano de Lottie y Genevieve.

Cualquier rastro de cariño que haya tenido hacia ella en el pasado, se borró de mi ser. Ahora que la veía allí, vestida de negro, agarrada del brazo de quien Lottie me había dicho se llamaba Dylan, lo único que sentí al verla fue repulsión, furia.

Había abandonado a su propia hija para hacer vida de soltera en la ciudad natal de la mujer que empezaba a enamorarme.

Ella todavía no me había visto, pero podría jurar que si en este momento levantara la vista, me vería ahí, parado tomando la mano de Charlotte, con el ceño fruncido, la mandíbula tensa, al igual que todo mi cuerpo.

—No puede ser...— susurró J a mi lado, mirando a la misma mujer que yo.

—¿Qué sucede?— preguntó Bridget, quien se había acercado luego de acomodar el traje que vestía Wendy. Se paró al lado de Jaden y miró hacia donde estábamos mirando nosotros.

—Oh, no. No puede ser— dijo ella.

—¿Qué no puede ser?— interrogó Lottie, quien estaba a mi lado tomando mi mano rígida—¿Alguno me explicará que pasa? ¿Por qué se pusieron rígidos de repente?

¿Cómo haría para explicarle a la chica con la que salía, que la novia de su hermano era la madre de mi hija?

—¿Hace cuánto que tu hermano Dylan tiene novia?—Inquirió Brid, dulcemente.

—Alrededor de cinco años, creo. ¿Por qué?— ella se interpuso delante de nosotros y nos observó— ¿La conocen?

—Digamos que...— empecé a decir yo. Pero la voz que menos deseaba escuchar se dirigió a mi.

—¿Cameron?—dijo la voz de Genevieve, detrás de Charlotte.

Genevieve, había sido mi segunda novia en la preparatoria, era esbelta, delgada, tiene el cabello castaño con mechitas doradas, los mismos ojos azules que mi hija. Ella era la típica chica popular en la escuela, fue la capitana del equipo de baile, y yo caí por ella, sin saber como era realmente.

La cuarta noche que estuvimos juntos como amantes, ella aseguró que tomaba pastillas anticonceptivas, y yo como un idiota confié en ella. Al igual que lo hice cuando me dijo que ambos criaríamos juntos a nuestra bebé.

Siempre confié en ella, y lo único que hizo ella fue mentirme, herirme.

No quiero decir que me arrepiento de tener a Wendy, jamás. Me arrepiento de que ella fuese parte de su formación, porque a alguien como ella jamás se la podría llamar madre.

—¿Genevieve? ¿Lo conoces?— preguntó Charlotte, impaciente por saber lo que sucedía.

—¿Y a ti qué te importa? Ni que viniera contigo— escupió hacia ella.

—Bueno, verás que en realidad sí, vienen conmigo, todos.— se defendió mi chica.

—Entonces, responderé a tu pregunta— dijo Genevieve, tosca— Sí, lo conozco, fue mi revolcón en la secundaria.

—No...— dijo Lottie, llevándose una mano a la cabeza, alternando su mirada entre Genevieve, Wendy y yo.— No... tu... no puedes ser.

—¿El qué no puedo ser? ¿La madre de ese error?— dice señalando a Wendy— Pues lo soy. Y no sabes cuanto me arrepiento.

En el gris de tus ojos [Libro I bilogía "Miradas"]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora