29| L o c o s

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Adore You-Harry Styles

CHARLOTTE:

Doy vueltas de un lado a otro dentro de la habitación, con los nervios a flor de piel, tomo una gran bocanada de aire y luego la suelto tratando de calmarme. Estas dos últimas semanas han sido todo tira y afloja de cuando decirle a Cameron que estoy embarazada. Y que es un hecho total.

Luego de haber hecho las pruebas  caseras con Brid, decidimos ir por hacer estudios médicos, por lo que, la semana siguiente ya tenía los resultados en mi posesión puesto que tuvimos ayuda del padre de Brid, quien es un reconocido doctor clínico. Los dichosos papeles decían lo que yo ya tenía presente: tenía tres semanas de embarazo.

No supe como reaccionar en un principio, pero, luego de pensarlo y pensarlo todas las noches, caí en la cuenta de que dentro de mí, estaba creciendo alguien, y que, si bien Wendy me llamaba mamá, aún no estoy totalmente lista para iniciar desde cero, cómo ser madre. Aunque, también pienso. ¿Quién en esta vida está preparado para ser padre? Yo creo que nadie. Cameron tuvo que aprender y lo hizo solo, gracias a ello hoy en día es el mejor padre que Wendy podría tener.

Ahora, volviendo a la situación, tengo alrededor de treinta minutos para tranquilizarme y soltarle la bomba a Cam, él esta en el trabajo y yo preparé nuestro almuerzo. Solo los dos, dado que Wen esta en la escuela.

Oh, Dios mío, Wendy.

Ella, que desde que prácticamente nos  conocimos me está pidiendo un hermanito, su sueño se hace realidad, solo espero que la emoción no la sobrepase.

***

Pongo la comida sobre la mesa, esperando que Cam vuelva del cuarto donde fue a cambiar su traje por algo más de andar por casa. 

Estoy inclinada sobre el mesón de la cocina revisando mi teléfono, cuando siento unas manos rodear mi cintura y luego una cálida respiración detrás de mi oreja, la cual se vuelve cálida por el calor de su boca.

—Hola, preciosa— dice suave y lo siento mas cerca de mi, rodeándome. Sonrió y me doy la vuelta, pasando mis brazos sobre sus hombros.

—Hola, guapo. ¿Cómo estas?— hablo, mientras acercándome a él, rozo nuestras narices.

—Muy bien, tengo noticias que darte.

—Yo también tengo noticias que darte, pero, deberá ser después de almorzar, se enfriará el puré.

Creo que es un habito que hemos hecho el contarnos nuestro día abrazados en alguna parte de la casa, y lo disfruto tanto, el poder entablar conversaciones con él y que no lo consuma el trabajo. Sin importar que la comida se enfrié, el me sigue acorralando entre sus brazos y me besa.

Sus labios envuelven los míos de una manera deliciosa, que nunca me cansaré de probar, y también son los momentos como estos en donde me digo "joder, lo amo tanto".

Las caricias hacen que mis nervios disminuyan, entonces, para cuando hemos terminado de comer y él me ayuda con el lavado de los utensilios, me encuentro calmada. Pongo la excusa de que debo ir al baño para buscar las pruebas en la habitación. Volviendo a la cocina, observo su espalda y sus brazos contraerse en todos los movimientos que hace mientras limpia.

Suspiro, que afortunada soy de tener pedazo de hombre para mi sola toda la vida, y es un pensamiento un tanto egoísta el solo querer compartirlo con Wendy, pero como ella dice, somos las dueñas de su corazón. 

—¿Dejarás de suspirar mientras me miras el trasero?— pregunta dándose la vuelta, y me he metido tanto en mis pensamientos que no me di cuenta que estaba largando varios suspiros.

En el gris de tus ojos [Libro I bilogía "Miradas"]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora