15| F a m i l i a

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Creo en ti- Reik

CAMERON:

Haber pasado la semana con Charlotte se sintió demasiado bien para ser real. Los días transcurrían con gran velocidad, como si de la luz se tratase encontrándonos otra vez en el lunes.

No podía creer todas las cosas que habían sucedido en apenas unos días.

El martes, salí con Charlotte, mis expectativas de que algo bueno iba a suceder siempre estuvieron a flote, sin embargo, nunca pensé que ella sacaría su lado descarado y coqueto, que se abriría más a mi. Me dejó besarla, conocerla y eso solo hizo que me gustara mucho más aquella morena de ojos grises. Esos orbes que expresaban hasta el más mínimo sentimiento, o quizás solamente sabia leerla muy bien.

En el momento en el que le pedí intentarlo, jamás creí que ella accedería, pues quizás estuviéramos apurándonos demasiado, pero a su lado todo se sentía correcto, se sentía bien.

El miércoles volvimos a salir, pero esta vez, mi hermosa hija, Wendy, salió con nosotros. Pasamos una tarde agradable entre risas, manchas de helado y tropiezos por parte de mi Caramelo. Me agradaba que ambas se llevaran bien, que se hicieran bien.

El resto de la semana los únicos momentos en el que vi a Charlotte fue cuando iba a cuidar de Wendy, no obstante, siempre aprovechaba para robarle algún beso fugaz o darle un abrazo, haciendo que se sonrojara o en alguna otra ocasión me dedicara una mirada pícara. Tenía varias facetas y todas me gustaban por igual.

—¿La besaste?— me preguntó mi castaño amigo, aquella mañana de lunes en las oficinas.

—Claro que la besé, tu más que nadie sabe lo mucho que ella me gusta. Además, también sabes que desde Genevieve nunca volví a estar con alguien. — me defendí.

—Sí, por supuesto que lo sé. Pero nunca pensé que tu, amigo mío, fueras tan rápido. Y lo sé, sé que desde que la mamá de Wendy se fue no has sentido nada por nadie.— Dijo bebiendo de tu taza de café.

—No pude resistirme, se veía preciosa y sexy. Le dije que me gustaban sus tetas— mencioné, cubriendo mi cara con una mano, pensando en lo descarado que había sido. Jaden se quemó con su café al escuchar lo que le dije.

—¡Wow! Vas con todo, hermano.

—¿Crees que vamos muy rápido? Digo, solo hemos compartido algunos besos, charlas y roces.

—Desde mi punto de vista, creo que estas ahorrando tiempo de sufrimiento. Si tardas mucho en decirle que te gusta, quizás ella piense que no te gusta, o tu pienses que a ella no le  gustas. Pero, ahora, se tienen las cosas claras, y entonces ninguno de los dos anda con cara de mierda después, dudando y diciendo "¿Y si no gusta de mi?". . . — El castaño siguió su divagación extraña, mientras yo solo asentía con mi cabeza. Mi teléfono timbró sobre el escritorio.

Caramelo Sexy:

Buenos días ;)

Cameron:

Buenos días, preciosa. ¿Te gustaría almorzar luego?

Caramelo Sexy:

Sí, eso sería lindo.

Cameron:

Okay, pasaré por ti. Sé donde queda la Universidad.

Caramelo Sexy:

Está bien. 😘

No me había dado cuenta que Jaden había dejado de hablar hasta que levanté la vista de mi móvil, y sin darme cuenta me encontraba sonriendo.

En el gris de tus ojos [Libro I bilogía "Miradas"]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora