15 somnolencia

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- ¿se te pegaron las sabanas? Ya casi son las nueve.

- El doctor dijo que necesito mucho reposo y yo solo sigo ordenes- mordí el pan tostado y Levi me sirvió un omelette con verduras

- ¿jugo de naranja?

- por favor – respondí con la boca llena y el me limpio la cara como si fuera una niña – Esto está muy rico.

- Es la primera vez que preparo un desayuno decente 

- wow, me considero afortunada. 

Levi caminaba de un lugar a otro alistándose para ir al trabajo - ¿No vas a desayunar? 

- Ya lo hice mientras tu dormías.

- ¿Estarás en el cuartel general? – abrochó las cinas de su uniforme.

-No. Iré a Sina, debo reunirme con Histo... su alteza .Presentaremos la iniciativa para un proyecto.

- Oooh y ¿de qué trata?

- un orfanato, para los niños de Paradis y las ciudades subterráneas.

- ¡Levi! ¡Eso es maravilloso! Sabes que cuentas conmigo para lo que sea ¿verdad? –acomode uno de sus mechones negros que quedaba justo en medio de sus ojos - así esta mejor.

- Gracias. Ya debo irme- caminamos juntos a la puerta. El saco todo el dinero de su billetera y lo puso en mi mano– Para que compres ropa, eso te queda muy holgado...

- Si alguien se entera de que me estas manteniendo, la gente empezara a inventar chismes.

-Tú dijiste que eso no te molestaba.

- Es verdad. Y ahora que lo pienso, hasta me conviene.

- ¿Por qué lo dices?

- Nadie se atreverá a molestar a la amiga del Capitán Levi Ackerman.

- Eso también podría ahuyentar a futuros prospectos.

- Meh, ya tuve suficiente de esos.

- ¿has tenidos muchos?

- Solo uno y con eso me basto...

- Ah. Entiendo –  escuchar eso no le hizo mucha gracia, lo se por la mueca sutil que hizo. La idea de imaginarlo celoso me pareció tierna.

- Espera Levi – MUAK-  volví a besar en la mejilla, ahora con más suavidad y calma que la última vez- ...Es para la buena suerte – el me miro atónito y su cara se fue pintando de un color rosado.

- te-te veo en la noche.

Se fue muy apresurado y yo me quede en la escalinata mirándolo marcharse hasta que lo perdí de vista. Después me dirigí a toda prisa al mercado y que suerte la mía toparme con una cara familiar, Mariel.

Intercambiamos la típica charla del '' ¿Cómo estás?''

- Tu mano... ¿te duele mucho?

- Nada que los analgésicos no puedan aliviar. Olvidémonos de eso ¿sí?

- Esta bien... Vine a comprar algunos detalles para mi luna de miel ¿Qué tal si nos hacemos compañía?

Paseamos por todo el lugar, fuimos a la perfumería, compramos cosméticos y aceites esenciales, después entramos a una tienda de ropa y de la nada me lanzo la pregunta:

-¿El capitán y tu van en serio?

- ¿Q-que? ¿De qué hablas, Mariel?

-Todos los vimos en la coronación de la Reina Historia, estaban muy acaramelados – Se probaba unas medias rojas y yo le ajustaba las cintas del corset que le hacían juego.

Beso a discreciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora