Beso a discreción

32 Hasta siempre, patito

Se está esparciendo un rumor.

Dicen por ahí que desde su partida me he vuelto un patán amargado, que descuide mi imagen... dicen que he tocado fondo.

No están tan equivocados, siempre fui un tanto amargo y no me preocupa mucho agradar a la vista, pero... ¿patán?

~♥~

Mientras camino rumbo al aula de clases, puedo escuchar a los novatos murmurar a mis espaldas y también puedo sentir sus miradas lastimosas tch como si se tratara de un desahuciado revolcándose del dolor ¿a caso se les olvidó que yo soy el hombre más fuerte de la humanidad?

En otros tiempos, con gusto les restregaría la cara en el lodo para recordarles quien es quien, pero eso sería malgastar la poca energía que me queda estos días.

Por fin llegue al aula para dar la clase. ''teorías de combate'' es el tema de hoy.

Tome la tiza desgastada que había dejado a la orilla del escritorio y estaba por escribir en la pizarra no sé qué cosa cuando el hastió me llevo a detenerme y dije —a la mierda. Tómense el día... no, tómense el resto de la semana libre. Total,  esto lo aprenderán mejor con la práctica.

Y entonces a Floch, el matadito del salón, le pareció que sería buena idea salir con uno de esos comentarios cagapalos que hace habitualmente — Pero eso significa que no tendremos clase hasta que vuelvan de su expedición... y eso sería en diecisiete días.

—Así es Floch. Tienen diecisiete días libres para hacer lo que les plazca ¿Cuál es el problema? —Respondí sin ganas.

—¿Nos dejara alguna tarea o asignación?

—Pues ya que tienes ganas de ocuparte, te encargarás de los establos y mantenimiento de los caballos hasta que vuelva. ¿Te basta con eso o quieres más?— nervioso, floch negó con la cabeza— Ahora piérdanse todos de mi vista y ni se les ocurra ir a fastidiar a mi oficina porque les va peor que a su compañero.

Los mocosos inmediatamente se levantaron de sus pupitres. salieron en fila india con un semblante confundido en sus rostros y cerraron la puerta.

Cansado, camine a través del salón y me detuve frente a la ventana. Pose mi cabeza en el cristal para respirar profundamente una y otra hasta sosegar los ánimos, en otra estancia seguramente lo conseguiría.

La ventisca veraniega cargaba ese aroma fresco del que siempre he gustado, el clima era agradable pero el silencio, ese jodido silencio... tanto que solía deleitarme, ahora me resulta insoportable.

Es en estos momentos de soledad y silencio cuando más la extraño. 

Quisiera escuchar la suavidad de su voz tarareando canciones infantiles,  imagino sus manos ofreciéndome una tasa de té y sus ojos que atentos me observaban cada que le platicaba mis historias.

Y así fue como la tarde entera se me fue aquí encerrado y pensando en ella. Aferrándome a la carta que me dejo antes de marcharse — Soy un imbécil, soy un maldito imbécil — le dije a la ventisca y azoté mi cabeza en el vidrio como un niño haciendo berrinche.

Ahora más que nunca, detesto mi falta de tacto y lo estúpido que soy para expresar lo que pienso, así que para castigarme una vez mas, leí su carta por vigésima vez. Si, la vigésima.

''Mi amado Levi.

Estamos a mediados de verano, sin embargo esta noche es más fría que la nevada del  '537 y para mi mala suerte no existe abrigo o fogata que logre calentar estos dedos que con tanto esfuerzo trazan mis sentimientos.

El hielo en tu mirada me dice que el fin de lo nuestro se avecina y querido mío, yo no estoy lista para quebrarme así de nuevo... no frente a ti. Por eso he decidido marcharme lejos de aquí, lejos para que ambos podamos reflexionar y crecer tan altos como montañas.

A pesar de mi partida, debes saber que yo siempre te querré, que voy resguardarte en mis sueños y en mis rezos, deseando que encuentres el amor y la paz que no pude brindarte.

Mi querido Capitán Ackerman, Espero que si algún día nos volvemos a encontrar, quien sabe, tal vez por casualidad, podamos saludarnos con una sonrisa y charlar hasta que caiga el atardecer para despedirnos al final con afecto y gratitud...

Recuerda que no importa lo que suceda, no importa si los ríos se secan, si los suelos se erosionan o si las murallas se derrumban... en mí  tendrás una aliada incondicional.

Hasta siempre, patito.

Con amor, Athena Esmeralda Sicaris Viatorem''

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Feliz año nuevo a todos 

Espero que en este 2022 nos sobre a todos el amor, buena compañía, oportunidades y esperanza. 

Deseo para todos nosotros que las heridas sanen, que la soledad no duela, que el sol nos descongele el corazón y que podamos encontrar un motivo para seguir.

Gracias por leer ♥