La noche en París se encontraba fría y silenciosa, además de triste, o así la sentía el héroe parisino. Se levantó del tejado en el que llevaba esperando a su compañera de luchas por más de dos horas, y decidido que no iba a llegar, emprendió el camino de regreso a su hogar. Un sonido llamo su atención antes de extender su báculo para impulsarse.
Dirigió la vista a donde pequeños sollozos casi inaudibles irrumpían el silencio. Con sigilo se dirigió al pequeño balcón que conocía muy bien gracias a que ha estado en él más de dos ocasiones. Frente a él estaba su compañera de clase de cabello azabache dándole la espalda, apoyada en el barandal de su balcón, sollozando.
No sabía cómo iniciar una plática, además de que lo intrigaba demasiado la razón de su llanto. Pero para su mala suerte al intentar acercarse no noto una pequeña maceta que termino cayendo al piso, haciéndose añicos.
La chica se sobresaltó, dándose la vuelta, encontrándose con las esmeraldas del héroe.
-¿Chat Noir?- las orbes azules de la chica se abren en sorpresa, limpiando sus ojos rápidamente en un intento en vano de limpiar sus lágrimas.
-Lo siento, no quería asustarte-de nuevo, pensó.
-¿Qué haces aquí?- pregunto la azabache, aclarando su garganta.
-Te escuche llorar y yo quería saber si estabas bien- se excusa el rubio.
-No te importa- contesta bruscamente y de manera grosera la chica.
Y tenía razón, eso al chico no le importaba, pero por alguna razón quería saberlo e intentar hacerla sentir mejor.
-Bueno, después de todas las veces en la que te he salvado pensé que ya teníamos confianza- intento bromear el héroe, recordando las veces en las que ha compartido momentos con ella.
La chica lo miro con desconfianza, pero por dentro sabía que su compañero de batalla era una persona de confiar, además de que necesitaba contarle lo que le pasaba a alguien, ya que conforme el día no fue capaz de decirle nada a su mejor amiga.
-Hoy en la mañana me le declare al chico que me gusta, pero me rechazo- la voz de la azabache se quebró y de nuevo las lágrimas se deslizaron por sus mejillas.
El héroe abrió los ojos con asombro, él era el causante de las lágrimas de la chica. Aun las escenas de lo que paso se repetían en su cabeza y la culpabilidad se instaló en su pecho.
Él siempre la vio como una gran amiga, había algo que la atraía a ella, pero él lo ignoraba con la excusa de que fue la primera amiga que pudo hacer por su cuenta en su primer día, además de que él estaba profundamente enamorado de su Lady.
No quería hacerle daño, ni siquiera se imaginó que cuando le dijo que solo la veía como una amiga ella se lo tomaría tan mal.
-¿Puedo saber quién es ese chico?- pregunto posicionándose a su lado, aunque ya sabía la respuesta, necesitaba que ella lo confirmara.
La chica frunció los labios dudando mientras desviaba la vista a la ciudad.
Ya se había confesado, ¿estaría mal que le dijera el nombre?
Además, ella pensaba que podría descifrarlo fácilmente, ya que había estado en su habitación varias ocasiones y las imágenes del modelo reinaban en ella.
-Tal vez lo conozcas, es un famoso modelo así que yo creo que sabes de quien se trata- empezó a hablar la chica, sin levantar la vista de sus manos- es Adrien Agreste- confeso, con un nudo en la garganta.
El héroe no pudo sentirse peor, si le dolía que su amiga sufriera por su culpa, el escucharlo de sus labios era peor, además de verla tan triste.
-Si te doy mi opinión, no creo que ningún chico merezca tus lagrimas princesa- las palabras del chico salieron antes de que él llegara a procesarlas.
Las mejillas de la chica se sonrojaron, viéndolo con sorpresa. Ella ya se había acostumbrado a que él en las pocas veces que habían convivido la llamara así, pero él lo había dicho ¿con resentimiento?
Ninguno de los dos dijo nada, mientras las esmeraldas del joven se perdían en los zafiros de su acompañante y no dejo pasar ese pensamiento que se le hacían familiares.
Era hermosa, eso él no podía negarlo, pero nunca se había sentido tan atraído hacia alguien como en ese momento lo hacía con la azabache.
Tal vez era la tranquilidad de la noche, o la cercanía de sus cuerpos, tal vez tenga que ver con que su compañera de batalla no se apareció en su patrullaje nocturno habitual, o quizás la manera en la que ella pasaba la lengua por sus labios, nerviosa, pero él nunca había tenido tantas ganas de besar a alguien como en ese momento.
Lentamente se acercó al rostro de la joven, sin saber exactamente qué estaba haciendo, y por más extraño que parezca la azabache no retrocedió. El posiciono sus labios sobre los de ella, en un beso casto.
La calidez se instaló en sus cuerpos, al igual que una sensación desconocida para ellos.
Hasta que se separaron.
Ambos tenían los ojos abiertos en sorpresa y la respiración acelerada, además de unas ganas inmensas de volver a probar sus labios.
Esta vez un poco más decidido tomo el mentón de la chica, para volver a besarla con un poco de desesperación. Ella correspondió el beso, posando tímidamente sus manos en el pecho de enmascarado. El beso era torpe, pero a ambos les encantaban las nuevas sensaciones que estaban experimentando.
Las manos del chico descendieron por el cuerpo de la joven, hasta posarse firmemente en su cintura, atrayéndola a su cuerpo.
Se separaron por falta de aire, sintiéndose extraños al verse el uno al otro, además de que a él le pareció adorable el verla sonrojada, con los labios levemente hinchados, y eso le dieron ganas de volver a unir sus labios a los suyos.
-Nadie volverá a romperte el corazón princesa, te lo prometo- hablo con ternura el chico, sin procesar realmente las palabras que acababa de decir, solamente dijo lo que le indicaba el corazón.
Un calor extraño se instaló en el pecho de la azabache, confiando en sus palabras, sin saber que él chico que acaba de hacerle esa promesa fue el causante de esta.
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DANGEROUS LOVE//FINALIZADA
Fanfiction-¿Chat Noir?- las orbes azules de la chica se abren en sorpresa, limpiando sus ojos rápidamente en un intento en vano de limpiar sus lágrimas. -Lo siento, no quería asustarte-de nuevo, pensó. -¿Qué haces aquí?- pregunto la azabache, aclarando su gar...