EPÍLOGO

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La tarde en el aeropuerto transcurría rápidamente, incrementando la ansiedad de la mujer azabache que esperaba con impaciencia a que cierto rubio bajara finalmente del avión.

Movía su cabeza repetidamente cuando alguien obstruía su vista, al igual que mordía sus uñas y se levantaba de puntillas, todo al mismo tiempo causando una escena graciosa a cualquiera que la veía.

Y cuando finalmente lo vio, sintió esa extraña corriente eléctrica que le recorría el cuerpo cada que se encontraban y que nunca había cambiado a pesar de no haberse visto en más de seis meses.

Ninguno de los dos creía en las relaciones a distancia, y ahí estaban, viéndose por décima vez en cinco años desde que Marinette regreso a su ciudad natal.

Él había cumplido su promesa de visitarla todas y cada una de las vacaciones, de llamarla todos los días y eso había hecho que se enamoraran aún más el uno del otro.

Ambos estaban conscientes de que habían apresurado las cosas al mudarse juntos a otro país, huyendo de todo y solo llevando su relación a su fin.

Las cosas cambiaron, ambos maduraron y aprendieron a valorar cada momento que pasan juntos.

Ella, sin poder resistir ni un minuto más se apresura a llegar hasta donde él esta, sorprendiéndolo con un abrazo.

-Yo también te extrañe bugaboo- le dice el rubio después de corresponder el afectuoso abrazo, estrechándola en sus brazos con verdadera emoción.

-¿Cómo estuvo tu vuelo?- pregunta ella después de separarse de él, pero sin soltar su agarre.

-Largo, pero eso no importa ahora, quiero verlo- le responde él sin poder disimular la emoción en su voz.

-¿Ahora?- pregunta ella con cierta pena, sus mejillas tiñéndose de un ligero tono rojizo.

-Vamos, llevo horas en un avión esperando a verlo- dice con una mueca, haciendo un pequeño puchero.

-Bien, solo porque a fin de cuentas me pediste que lo trajera- responde Marinette, sacando de su bolso la carpeta color beige para después ofrecérsela.

Él la mira con sorpresa, antes de levantar su mirada hacia su compañera al igual que sonríe ampliamente.

-Sabía que lo lograrías- le dice con felicidad, abrazándola por la cintura antes de levantarla del suelo unos cuantos centímetros.

Adrien ansiaba con ver el certificado de graduación de Marinette, ya que sabía lo mucho que se había esforzado por obtenerlo, y que incluso hubo días que sus llamadas no duraban más de dos minutos por ello.

El chico se había graduado hace dos semanas, y ella apenas ayer, y aunque no pudieron compartir una fiesta de graduación como la de la preparatoria, estaban muy felices de verse.

-Gracias por tu apoyo- le responde ella, inclinando su mentón hacia arriba para poder observarlo.

El baja su mentón para darle un beso en la frente, inclinándose hasta quedar a la altura de su oído.

-¿Me acompañarías a un sitio antes de nuestros planes?- le pregunta él en forma de susurro, causándole escalofríos.

Ella sabía muy bien que no podía, que sus padres aguardaban por ellos y que no podían hacerlos esperar, pero por otro lado, también quería saber lo que su travieso compañero estaba tramando.

-Bien, creo que podemos decir que se retrasó un poco tu vuelo- responde ella, encogiéndose de hombros.

-Esa es mi Lady- le dice él, pasando una de sus manos por encima de sus hombros mientras que con la otra arrastra su maleta por el suelo.

DANGEROUS LOVE//FINALIZADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora