CAPÍTULO 2

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—Supongo que no —concedió antes de verse tomada de mandíbula para ser besada.

El hombre le pareció ser muy desinhibido puesto que sin más se adueñó de su espacio, su cuerpo y sin importar nada llevó su mano en medio de sus piernas y frotó su sexo con descaro.

La humedad en su zona íntima apareció de forma involuntaria y no pudo evitar sentirse culpable, después de todo sentía que le estaba fallando a su novio. Sin embargo, al girarse a verlo, lo encontró masturbándose y con la mirada sobre ellos.

Se sorprendió al ver que la instaba a retomar la felación, de tal manera que segundos después se vio colocada a cuatro patas sobre el sofá, chupando el miembro de su novio y mostrando el trasero a un desconocido.

Pronto sintió los labios del hombre recorrer su espalda a besos y tuvo que tomar aire cuando este le arrancó de un tirón la única prenda que le quedaba. El corazón le saltó y un gemido se le escapó por el morbo que le provocaba tener dos especimenes para ella.

Le apretaba las nalgas y ella comenzó a balancearse para frotar su sexo contra la mano del hombre, quien comenzaba a recorrer su húmeda hendidura con descaro, a su vez se dedicaba a lamer con todo lo que tenía, le metía los dedos y lamía a velocidad mientras ella seguía con el falo de Curtis en la boca quien, caldeado como estaba, balanceaba las caderas con movimientos rítmicos para ir cada vez más dentro de su cavidad.

Sintió la lengua del hombre recorrer sus nalgas y sus dedos pellizcar sus inflamados y húmedos labios vaginales; sin embargo, ella no pudo pensar con claridad y terminó por parar un poco más el culo, ofreciendo su mojado sexo y su deseoso cuerpo a un extraño que ni tarde ni perezoso comenzó a lamer su vulva.

Lamió sus fluidos y la humedeció un poco más, recorriendo todo su sexo hasta el ano y bordeando con su lengua ese lugar donde aún era virgen.

Las sensaciones para Chelsea fueron desconocidas pero no por ello desagradables; al contrario, le gustó. La boca del cuarentón fue recorriendo cada parte de su sexo y hurgó con sus dedos en el perímetro de su agujero trasero. Pronto fue su lengua la que hacía círculos en su esfínter y mientras tanto, ella tenía que parar la felación al sentir que le estaba superando. La movía con tal destreza que le pareció la experiencia más deliciosa que pudo haber sentido. Sintió sus dedos entrando en su vagina, fuerte y sin preámbulos, lo que la puso aún más caliente. Se vio deseando que la desvirgara por el ano y unos segundos después de sentir sus dedos humedeciendo su esfínter con sus propios fluidos, incrustó despacio uno de ellos, lo hizo tan suave que ella apenas pudo emitir un quejido y ni siquiera notó cuando él adentró un segundo y un tercer dedo.

Lo sintió ponerse de pie mientras ella permaneció atendiendo a su novio y unos segundos después estaba de nuevo con él detrás comiéndole el coño al mismo tiempo que se colocaba un preservativo y le penetraba el trasero con los dedos.

Supo que lo tenía dentro cuando su sexo se expandió ante el arribo del grueso pene y los dedos empezaron a moverse en su ano. Su miembro le abría como jamás había sentido, se sintió tan llena, como nunca antes y no pudo evitar gemir con verdadero placer.

Tuvo que frenar la faena cuando sintió que la estaba follando por la vagina pero no dejaba de mover los dedos en su culo. Finalmente retomó su actividad al ver a su novio demandante y poco después frenaba de nuevo cuando el hombre arremetía sin parar contra ella.

Frenó luego de un rato follándola y sacó también sus dedos para reemplazarlos por su falo. ella pensó que por primera vez tendria sexo anal y no sería con Curtis. Se quedó quieta mientras él iba despacio, abriéndose paso con cuidado dentro de su ano y ella tomaba aire para no hacer aquello doloroso e insoportable.

CORRUPTODonde viven las historias. Descúbrelo ahora