Jack despertó con el sonido de su celular. Era su amigo August, quien quería saber cómo estaba Pipper. El juez se asomó a la habitación destinada para ella y la encontró aún dormida. Tenía el rostro cenizo, pálido y sus labios magullados a causa de los golpes.
Se acercó para ver si tenía una buena temperatura o si respiraba con tranquilidad. Por fortuna, solo parecía dormir perfectamente.
Dio un suspiro cansado y de inmediato le escribió a su amigo para darle un informe de lo que había visto y le informó que aún dormía. Le aseguró que, en cuanto supiera algo más y el doctor llegara para revisarla, le llamaría para decirle cómo seguía.
Después de ver a Pipper, fue a ver a su hija. Todavía dormía. Se acercó a darle un beso y luego fue directamente a la habitación de Chelsea. Ella también dormía, así que solo despertó a la niñera y le pidió que le informara cualquier cosa que pasara con ellas. Luego se dirigió al hombre de seguridad a cargo y le solicitó lo mismo.
Tuvo que ir a casa de su exesposa para saber que ambos estuvieran bien. Al llegar se encontró con su esposa en medio de la visita de oficiales de policía.
—¡Ya le he dicho que mi hijo no sabe nada! —respondió Alice.
—Señora, su hija es mayor de edad y puede responder por sí solo —agregó el agente.
—¡Jack! —dijo su ex al verlo llegar—. Qué bueno que has llegado, estos oficiales han venido a acusar a nuestro hijo.
Jack se giró hacia los oficiales y estos negaron.
—¿Qué sucede? —cuestionó al agente.
—Estamos aquí porque el hijo del presidente fue hallado muerto —respondió el oficial y Jack fingió sorpresa, alzando ambas cejas como si aquello de verdad le alarmara—. Vinimos por su hijo. Tenemos entendido que protagonizó una pelea con él y estábamos por llevarlo a la estación para hacerle unas preguntas.
—¿Tiene una orden? —inquirió con la mirada sobre él.
—No, solo queremos platicar con él al respecto y que nos cuente qué fue lo que pasó aquella noche —replicó el agente al saber de quién se trataba—. No está arrestado, es una simple conversación.
—Entonces vuelva cuando tenga una orden. Si no hay una, no pueden llevarlo a la estación, pueden preguntarle aquí y si mi hijo dijo que no tiene nada que decir, es porque así es. ¿Debo recordarle todo lo que está haciendo mal al respecto y la razón por la cual puedo pedir su suspensión por acoso? —inquirió y el agente se removió incómodo—. Vuelva con una orden si hay suficientes razones para que se la otorguen; si no, busque a un asesino fuera de esta casa. Mi exesposa ya le dijo que mi hijo no tiene nada que decir y que no saldrá de aquí.
—Por supuesto —dijo el policía y, luego de mirar a su compañero y mover la cabeza en señal de aceptación, se despidió y salió de ahí.
—¿Lo mataron? —preguntó su hijo luego de que se fueran y se quedara a solas con su hijo.
—No lo sé —reconoció su padre y trató de calmarlo.
—¿Pero me están culpando? ¿Me llevarán preso? ¿Y si consiguen esa orden? ¡Yo no hice nada! —Su madre lo abrazó tratando de calmarlo y miró a Jack, quien tomó la mano de su hijo y le hizo mirarlo.
—No obtendrán esa orden de arresto —declaró su padre—. Si la consiguen, no te preocupes, la echaré abajo en segundos, solo cálmate y sabes lo que tienes que hacer. No hables con nadie, solo con tu madre y conmigo. Si alguien te presiona, de inmediato pides mi presencia.
—Sí —dijo el joven en respuesta.
Alice miró a Jack antes de hacerle una seña para que hablaran en privado.
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CORRUPTO
RomanceJack exuda poder, dominación, pecado y peligro. Todos lo saben y parecen dispuestos a pagar el precio a cambio de un favor suyo. Temido entre los fiscales, odiado por la defensa, asediado por los políticos y deseado por los más peligrosos del mundo...