Jack se despertó con dolor de cuello, después de todo se había quedado dormido sobre el sillón de su despacho. Se levantó para ir a la habitación y al entrar vio la cama vacía, así que pensó que ella estaba en el baño. Sin embargo, al ver a un costado, la vio dormida y hecha un ovillo sobre el sofá.
Pensó en llevarla a la cama, pero recordó los mensajes a su ex y se llenó de rabia, así que solo tomó un poco de ropa y salió de la habitación. Fue a ducharse a otra de las estancias de la casa, se vistió y preparó para irse; no obstante, decidió pasar por la habitación de su hija.
Abrió la puerta y se tomó un minuto para observar su rostro. Sonrió, Chloe le pareció perfecta, tan bonita y con una piel tan rosa que le dio un aire hermoso, sublime como el de su madre. Fue hasta su cama y con cuidado se acercó a ella para darle un beso sin despertarla.
No lo logró, ella entreabrió sus ojitos y le observó antes de reír y extender los brazos para aferrarse a él. Desde luego, supo que ella no estaba consciente de que era él, estaba dormitada y extendió los brazos solo por instinto, aun así, se sintió bien para el juez.
Por un instante se sintió cerca de ella y no como un extraño. Se resistía a creer que siempre sería eso para la pequeña y se prometió estar un poco más cerca a partir de ese momento, al menos lo suficiente para lograr que su hija confiara en él y le llamara papá. Esperaba con ansias que lo hiciera, que le sonriera y no que se escondiera tras su madre por temor.
—Estará todo bien —dijo antes de darle un beso en la frente y quitar sus manitas del agarre que había hecho. La dejó acostada y abandonó la habitación.
Bajó las escaleras y se encontró con su ama de llaves, quien se plantó frente a él en espera de indicaciones.
—¿Va a desayunar, señor? —cuestionó la mujer mayor y él negó.
—No, tengo algunos pendientes, quiero ver a mi hijo y después haré otras cosas —declaró mientras el ama de llaves asentía—. Vendré muy tarde hoy, por favor deja algo en el horno para que pueda calentarlo y asegúrate de que mi hija y Chelsea coman bien.
—Desde luego —respondió la otra y sin más él salió en su auto, solo, sin requerir al chofer.
Por su parte, Chelsea se levantó de golpe cuando escuchó el sonido del carro. Corrió escaleras abajo y miró al personal, quien a su vez le observó con atención.
—Jack... ¿ya se fue? —cuestionó y la mujer asintió mientras ella solo permanecía parada.
Sonrió y volvió a la habitación. Cogió su celular y revisó si le había escrito algo, no le respondió el mensaje de la noche anterior, pero sí que vio el mensaje.
Se preguntó si debía escribirle algo nuevo, pero al final no lo hizo, solo se tomó un tiempo para darse una duda relajante. Le dolía el cuerpo, así que tardó tiempo dentro de la tina y solo salió cuando calculó que su hija había despertado. Desayunó con ella y esperó durante todo el día que él le escribiera algo, aunque no pasó.
Por su parte, Jack canceló todas sus citas de la mañana, en principio porque fue a casa de su exmujer. No había hablado con ella desde que descubrió que lo engañó y tampoco quería hacerlo. En cuanto arribó a la mansión, su hijo lo saludó.
Su exesposa apareció un par de minutos después y también lo saludó; sin embargo, aunque pensó ignorarla, al ver a su hijo incómodo, optó por ser cordial, a pesar de que la ignoró luego de eso.
Intentó conversar con su vástago sobre cualquier cosa, pero al final el joven volvía al mismo tema.
—¿Sigues enojado con mamá? —cuestionó y Jack no tuvo de otra que asentir—. Ella está muy arrepentida de lo que hizo. No voy a justificarla, sé que lo que hizo estuvo muy mal, pero es mi madre y no puedo juzgarla, ni a ti por despreciarla, aunque eso no cambia lo mal que me siento por ambos. Los amo y me gustaba saber que estaban juntos a pesar de no vivir en la misma casa.
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CORRUPTO
RomanceJack exuda poder, dominación, pecado y peligro. Todos lo saben y parecen dispuestos a pagar el precio a cambio de un favor suyo. Temido entre los fiscales, odiado por la defensa, asediado por los políticos y deseado por los más peligrosos del mundo...