Capítulo 4

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20 de abril 2020

Jane miró por la ventana y guardó de mala gana sus cosas en la maleta. Maldijo ofuscada consigo misma mientras pensaba en las estupideces que hizo en el tiempo que estuvo con Jack.

En todos esos años tuvo que admitirse a sí misma que las cosas se le habían ido de control, en primera porque ella estimaba a Jack. Era un buen hombre, quizás algo hermético en su opinión pero buen sujeto. No supo por qué terminó cediendo a un hombre que no era bueno para ella y mucho menos igualaba a su amante en nada.

En los últimos meses había fantaseado con que Jack le pediría tener una verdadera relación y meterse por fin al círculo de personas que el juez frecuentaba. Todas sus ambiciones se vieron hechas trizas cuando decidió meterse con otro hombre a sabiendas de que FitzGibbons era demasiado precavido y la espiaba.

—¡Estúpida, mil veces estúpida! —dijo furiosa antes de mirar las cosas que tenía en su cama—. ¡Eso te pasa por idiota! No debiste hacer nada contra Jack ni traicionarlo.

Vio el dinero y aunque ciertamente era muchísimo, le ayudaría a salir del país y vivir cómodamente, eso no era suficiente para ella. Había perdido una oportunidad y quería retomarla. Necesitaba volver a Jack y reconquistarlo a cualquier precio.

Se preguntó cómo lo resolvería, incluso pensó que si le llamaba y hablaba con él hasta suplicarle de rodillas, bien podría perdonarla. Era un hombre justo y Jane creía que podía retomar su vida al lado del hombre que quería y merecía.

Lo único que se ocurrió fue llamar a su amante y extorsionarlo en venganza por haberlo perdido todo en solo unos minutos mientras.

—Necesito dinero —dijo al escuchar su voz al responder—. Perdí a Jack por tu culpa.

—¿Mi culpa? No mi amor —dijo la voz al otro lado—. Tú sola te metiste en esto, no vengas ahora con tonterías.

—Necesito que me des mucho dinero, diez millones de dólares para ser exactos o voy a contarle a todo mundo tus oscuros secretos, les diré de las grandes cantidades de droga que trafican en todos tus asquerosos negocios y todo el dinero que lavan en esos lugares —dijo con determinación—, creo que a la prensa le gustará mucho saber que uno de los hombres más importantes del país no es más que un cerdo traficante.

Se quedó callada cuando el hombre le lanzó una amenaza que la hizo estremecer y pensar que algo no estaba bien, le hizo creer que no era una advertencia al aire.

Colgó después de amenazarlo una vez más y le dejó claro que iría a la prensa para declarar públicamente a menos que le enviara el dinero en la próxima hora.

Terminó de echar las cosas dentro de su maleta durante largo rato antes de mirar el maletín que reposaba en la cama. Pensó en esperar y cuando vio que el plazo de una hora había terminado, decidió que era momento de destapar varias verdades a fin de darle una lección al hombre, después de todo si ella había perdido todo con Jack, ella misma le haría perder también mucho dinero.

Escuchó el sonido de la puerta y por un momento pensó que Jack había vuelto, quizás en el fondo esperaba que lo hiciera y le diera otra oportunidad, por ello fue corriendo a abrir la puerta no sin antes lanzar el maletín debajo de la cama para evitar que estuviera a la vista y se lo pidiera en caso de que decidiera volver con ella. Se acomodó el cabello y abrió con una sonrisa emocionada que se borró al ver a la persona en la entrada.

—¿Quién es usted? —preguntó a ver al hombre frente a ella, quien entró sin esperar nada y la tomó del cuello con rapidez.

La lanzó contra el suelo y la hizo gritar del miedo, mientras retrocedía en el piso sin poderse levantar.

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