Capítulo 25

4.3K 504 55
                                    

Lo acercó a su rostro tanto como fue posible, llevando sus manos a la base del falo y mientras él paseaba de forma descarada su lengua alrededor de su ombligo, ella llevaba el miembro a su boca, disfrutando el sabor y la majestuosidad de tenerlo de nuevo.

Con la otra mano sopesó los testículos. Los masajeó con ahínco, suave e indulgente, disfrutando su textura y a su vez envolviendose en la forma en que la barba de Jack provocaba sensaciones indescriptibles en su piel.

Frotó su pene contra los labios, arrastró su mano a lo largo de la longitud del falo, de adelante hacia atrás, despejando el glande.

Paró al sentir la lengua de su amante recorrer bajo el ombligo, yendo de forma peligrosa hacia su pubis, lamiendo su piel y dejando un rastro de placer impúdico a su paso.

La última pieza de carne quedó a la vista de FitGibbons y entretanto, ella continuó con el falo entre las manos pero mirando al hombre a través de la separación de sus cuerpos, levantando la cabeza apenas un poco para observarlo.

Jack le dedicó una sonrisa canalla antes de llevar la carne a su boca y degustarla, toda vez que lamía los jugos que corrieron por su vientre.

Chelsea, sintió que todo su cuerpo se contraía, tanto que arqueó la pelvis, pero de nuevo, él la detuvo e impidió que se moviera.

Cerró los ojos ante el placer que le provocaba el toque de su amante, disfrutando de las sensaciones que le invadían cuando la barba de Jack recorría su piel.

Recordó lo varonil que siempre se veía, lo fuerte que era y la cantidad de veces que se deleitó con él en un ambiente cálido y sensual. No dudó un segundo en retomar el masaje a su miembro antes de llevarlo a su boca. Primero suave, deslizando su lengua por todo el tronco, recorriendo cada una de las venas remarcadas en aquel erecto falo.

Se tomó un tiempo antes de llevar sus labios hasta la punta, la lamió despacio, prestando especial atención al orificio en el glande; al mismo tiempo, una de sus manos recorría la venosa longitud y la otra prestaba interés devoto a sus testículos.

Los apretó con suavidad, engullendo a su vez y con lentitud pasmosa, el grueso miembro que se presentaba frente a ella. Poco a poco lo llevó tan profundo como la posición se lo permitía y lo escuchó gemir.

Se sintió bien cuando el sonido se coló por sus oídos, sobre todo cuando él apoyó las manos sobre la cama y se acomodó para meter su verga cada vez más profundo en su interior.

Chelsea relajó la garganta. Dejó que el juez le follara la boca a su ritmo, yendo tan profundo como le fue posible. Sintió que su mandíbula se tensaba, pero las ganas de sentirlo dentro ella era aún más.

Las arcadas no se hicieron esperar. Dejó de chupar, en su lugar se dejó follar la boca, con ímpetu, sintiendo como el pedazo de carne en su boca, palpitaba.

Escuchó sus jadeos y ella colaboró abriendo su garganta un poco más hasta que sintió que los testículos golpeaban su rostro con cada acometida.

Los hilillos de saliva comenzaron a brotar y en su cuello podía verse cómo se hinchaba con la entrada del miembro, una y otra vez.

Jack le folló la boca como si no hubiera un mañana y solo se retiró cuando estuvo a punto de correrse.

Se dejó hacer. Lo vio frente a ella y suspiró al verle tomarse un tiempo antes de observar su entrepierna y devorarla con la mirada.

Sus ojos se tornaron oscuros, deseoso y sin más llevó sus dedos al perfecto y liso coño que tenía frente a él. Recorrió su húmeda hendidura y frotó el clítoris con suavidad. La observó cerrar los ojos y disfrutar del placer que le estaba proporcionando.

CORRUPTODonde viven las historias. Descúbrelo ahora