Fate's Gamble: Omake Edition

Capítulo 44: El estudiante transferido y sus sirvientes

El estudiante transferido y sus sirvientes por Lupin Horror

Harry miró por la ventana.

Volvió a mirar a la clase en la que estaba. Ese chico de cabello naranja parecía haberlo notado y también esa chica tonta. El geek de la clase también lo había hecho y estaba buscando algún tipo de brazalete con dijes en su muñeca. El gigante mexicano también lo había notado, el enano estaba dado a estas alturas. La maestra los disculpó rápidamente y Harry también salió silenciosamente.

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"¡Maldita sea! ¿Qué tan poderoso es este hollow?" Gritó Ichigo.

"Entonces, así es como se llama, un hueco". Una voz sonó y todos parpadearon mientras se volvían para mirar al chico detrás de ellos. Era un nuevo transferido a la clase y todos pensaban que era un poco extraño. Rukia le había preguntado a Hat and Clogs sobre él, pero el 'humilde tendero' no había encontrado nada.

"¡No estás equipado para lidiar con este chico! Mantente fuera del camino. Estas cosas comen almas". Rukia le gritó al chico de los ojos vendados, aunque honestamente, ¿cómo ve alguien con los ojos vendados? El chico solo inclinó la cabeza hacia un lado.

"Come almas, ¿eh?" Parecía totalmente desfasado. "Bueno chicas, creo que es hora de que me devuelvas el favor." ¿Muchachas? este chico estaba obviamente loco e Ichigo abrió la boca para decir eso antes de ahogarse con esas palabras.

De la nada alrededor del niño habían aparecido cinco mujeres. Uno era alto y se parecía al niño con su cabello morado y una venda en los ojos, otro parecía más joven con ojos azules y cabello blanco, este último no estaba exactamente vestido correctamente. Los otros tres también eran extraños. Una tenía una maza gigante de algún tipo en sus manos y tenía un cuerno sobresaliendo de su frente, ¿eran esas piernas de metal que tenía? Una de las dos chicas restantes era una kitsune de algún tipo con una buena cantidad de escote y la última llevaba una especie de tutú por debajo del cual salía una cola de algún tipo y, oh sí, tenía cuernos en la cabeza. El chico estaba hablando de nuevo.

"Pareces chicas hambrientas. ¿Por qué no te alimentas?" Y entonces un nuevo problema entró en la vida de los segadores de almas sustitutos.