Seattle

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Kendall y Mitchel recorrieron la ciudad, fueron a los lugares a los que solían ir, comieron en los restaurantes habituales e intentaron que todo sea como antes. El se veía feliz pero Kendall no lograba sentir lo mismo que antes por mucho que se esforzara, y eso le rompía el corazón.

"Creo que debo volver a Seattle", fueron las palabras que ella escogió para decir lo que llevaba pensando desde que llegó a Boston. Mitchel frunció el ceño extrañado pero no precisamente porque ella quisiera ir a Seattle, sino porque usó la palabra "debo" en lugar de "debemos". Y por primera vez él se preguntó si algo había cambiado, descubriendo con amargura que un enorme "si" se hallaba frente a sus ojos.

— Está bien, mi amor — respondió él y ella sonrió casi por costumbre, aunque ya no le gustaba como sonaban esas palabras cuando Mitchel se las decía.

— ¿Podemos irnos mañana mismo? — cuestiono la rubia y su novio asintió, alcanzándole su laptop para que pudiera comprar los pasajes — gracias.

No tardó mucho en conseguir un vuelo a primera hora y luego dejó su laptop sobre la mesita de noche; apagó la lamparita dejando en tinieblas la habitación que solía ser el lugar seguro de ambos, y se recostó entre unos brazos que no eran en los que ella quería estar.

— Entonces, déjame ver si entendí... — él la miró, dejando a un lado el paquete de galletas que estaba comiendo — ¿solo un par de tus amigos saben sobre mi? — pregunto, y ella asintió.

Él suspiró recargándose en el asiento nuevamente, eso le había dolido.

— Tengo una buena razón, es que era nueva y no quería dar lástima contándoles todo lo horrible que fue lo que nos pasó, quería agradarles por mi y no por mi trágica historia — explicó.

Llevaban casi dos horas de vuelo y ella se había dedicado a terminar aquella conversación que tuvieron en el hospital sobre cómo era Seattle su nuevo trabajo y sus amigos. Aunque seguía omitiendo el detalle de Owen...

— Claro — concedió él, pero Kendall puso notar que le había dolido aunque él era demasiado bueno para admitirlo y hacerla sentir culpable, pero ella ya se sentía así desde la primera vez que besó a Owen.

El resto del viaje fue tranquilo, comieron algunas cosas de la cajita de snacks que les dieron en el avión y vieron una película que los salvó de tener que hablar entre ellos de algo más personal, cosa que Kendall agradeció enormemente.

Al llegar a Seattle, Kendall lo llevó a su apartamento y lo dejó instalarse con la excusa de que era urgente que vaya al trabajo y que volvería en un par de horas. Entonces ella se armó de valor y tomó un taxi hasta Seattle Grace, donde recibió todo tipo de preguntas de sus amigos por desaparecer por dos semanas sin avisarle a nadie; pero todo pasó a segundo plano cuando lo vio, y esta vez sí corrió a sus brazos como hubiera deseado hacerlo con Mitchel. Pero Owen rechazó aquel abrazo.











Solo quería pedir disculpas por tardar por 15562515102 vez. Hoy estoy un poco triste pero merecen una actualización después de tanto tiempo, aunque sea pequeña.

Los amo, muchas gracias por todo ♥

The Day Before You | Owen HuntDonde viven las historias. Descúbrelo ahora