Capítulo 22

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               Estoy enloqueciendo...

¡No estoy loca! ¡No lo estoy! Me repetía una y otra vez mientras me veía frente al espejo del baño, miraba mis ojeras cada vez más marcadas, mis ojos saltones que se veían sin brillo, mi cabello suelto y negro el que ahora ya ni peinaba, mis mejillas antes rosadas ahora estaban pálidas y me veía demacrada, no quería comer, no quería dormir, estaba muerta en vida, ahora la loca parecía yo, Susi juraba una y otra vez que no tenía a Kelly, la única que veía a Kelly era yo...

Susi comenzó a pasar más tiempo con mamá, ya no se encerraba, comía lo normal y miraba televisión, andaba en bicicleta por el vecindario y se juntaba con sus amigos de la escuela, ahora se estaba recuperando e incluso se arreglaba más, ya estaba entrando a la pubertad y aquella flor marchita estaba renaciendo dando pasó a una nueva Susi, una Susi que reía, amaba y vivía plenamente, en cambio yo, yo estaba mal...

Cada día era una pesadilla, todo comenzó después de la noche que había visto a Kelly y al hombre cabra, primero escuchaba risas en mi habitación, eran unas risas de niños, las escuchaba en una esquina de mi habitación, luego veía a Kelly, la veía cuando entraba a mi habitación, me ponía la sábana encima y cuando la quitaba ella ya no estaba, me tiraba de la cama y corría a la habitación de Susi, para mi sorpresa Susi siempre estaba dormida, entonces regresaba a mi habitación y el miedo me embargaba.

Yo era un desastre andando, estaba viviendo una pesadilla que cada vez más me controlaba, primero sólo fueron sonidos, luego empezaba a ver a Kelly, la primera noche que la vi, estaba teniendo un sueño aterrador con el hombre cabra, desperté asustada y Kelly estaba parada al pie de mi cama, la luz de la luna iluminaba perfectamente la habitación y era fácil distinguirla, veía su horrible rostro con una sonrisa macabra, me ponía la sábana encima y me la quitaba para ver si ya se había ido y para mi sorpresa estaba aún más cerca de mi, entonces gritaba y gritaba y ella salía corriendo riéndose de mi, mamá llegaba y se quedaba conmigo hasta que el cansancio me vencía y me quedaba dormida, lo extraño de todo era que Kelly ya no parecía una muñeca, se veía tan real, sus movimientos eran muy fluidos, parecía una niña pequeña, movía cada dedo, sus piernas no eran rígidas, era aún más aterradora que nunca, si su objetivo era destruirme... Lo estaba logrando...

Tan pronto como regresé a la escuela sentí que sería un alivio, pero me dormía en clase y mis calificaciones habían bajado, mis amigos se preocupaban por mi estado, hacían lo posible para hacerme sentir mejor pero yo los evitaba y evadia, no quería ni hablar con nadie, ellos poco a poco dejaron de insistir, dicen que los amigos están en las buenas y en las malas pero todo tiene su límite y la verdad no los culpo, ni yo quería estar con alguien como yo...

Melissa era la única que seguía insistiendo, pero su preocupación no era suficiente, nadie podía hacer nada por mi, esta locura me estaba consumiendo.

La escuela era aburrida, me la pasaba en el patio de la escuela viendo a los demás chicos jugar, se divertían como nunca, en sus inocentes cabecitas no habían preocupaciones ni los horrores que yo vivía, incluso Susi se veía tan bien, la veía sentada en las mesas redondas con sus amigas incluyendo a Anita, se le veía felíz y riendo con ellas, no parecía la Susi que alguna vez fue, pero y si Susi ya no tenía a Kelly... Si la tuviera de seguro no se vería así, pero ¿Entonces porque yo aún la veo? ¿Será que todo esta en mi cabeza? A lo mejor Kelly en realidad si se fue...

Mientras me excluía del resto, alguien se sentó a mi lado, era Erick, se veía tan radiante con su sudadera azul y su cabello bien peinado, sus mejillas estaban rosadas y tenía una sonrisa preciosa, me miro preocupado y no dejaba de acariciar mi espalda.

-Julia, ¿Que es lo que te pasa? Últimamente te he visto muy mal, aveces te veo sola, me evades y nunca quieres hablar conmigo, ¿Que es lo que te esta pasando? ¿Hay algo que yo pueda hacer por ti?

¡Maldita Muñeca! #Wattys2015Donde viven las historias. Descúbrelo ahora