Capítulo 4

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               ¿Que le esta pasando?

Me levanté tan pronto los rayos del sol iluminaron la habitación, corrí al baño y me bañé, mi hermana seguía dormida pues ella aún no entraría a clases, me vestí tan pronto como pude y corrí al comedor, mamá ya estaba haciendo el desayuno y papá leía el periódico.

-Wow, pero vean quién se levantó temprano y ya se vistió. Dijo papá asombrado.

-Es cierto, esta vez no me tocará ir a levantarte, ¿A que se debe esto?

-Yo... quiero ir a la escuela, estoy emocionada...

-¿Se trata de un chico verdad? Dijo papá.

-No que horror, aún no me gustan los chicos, todos son tontos y feos.

-Menos mal jajaja.

Mi hermana no se había levantado y me fui a la escuela, quería contarle a alguien de lo sucedido pero mis amigos dirían que estoy loca, así que no dije nada y cuando terminaron las clases no quería ni llegar a la casa.

Cuando llegué mi hermana no estaba en el cuarto, estaba jugando en el patio, desde la ventana de mi cuarto se veía, mamá había puesto una mesa y sillas afuera para cuando tomaba el té con sus amigas, mi hermana jugaba que tomaba el té con su muñeca y la había sentado en una silla, la miraba jugar y hablar con la muñeca.

Me quité mi uniforme y miré de nuevo hacía la ventana y esta vez la muñeca estaba viéndome, tenía la vista en dirección a la ventana, la primera vez que había visto estaba viendo a mi hermana, me aterre mucho y me fui a donde mamá estaba.

Pasé el resto del día en casa de Stefanie, le dije a mamá que haría tareas, lo que fuera con tal de no estar en casa cerca de esa cosa...

Tenía tanto miedo esta noche de dormir y volver a escuchar hablar a esa muñeca, tenía que quitarle las baterías a la muñeca ¿Pero como? Si mi hermana no la soltaba nunca, tengo que inventar algo que la haga dejarla por lo menos unos minutos.

-Hermana, tienes que ir a verlo, es un perrito, esta haya afuera en la puerta.

-¡Un perrito!

-Si, corre y ve a verlo.

Mi hermana obedeció por completo y corrió como loca tras el perro, soltó la muñeca y tan pronto como se fue la tomé y busque sus baterías, las tenía en la espalda, tuve que usar un destornillador por suerte ya lo tenía a la mano porque estaba preparada, saqué las baterías que estaban nuevas y las tiré al inodoro, puse la muñeca tal y como estaba y mi hermana llegó muy decepcionada.

-No había ningún perrito.

-¿En serio? Bueno supongo que se ha ido.

-Que pena.

-¿Ya te vas a dormir?

-Si

-Bueno, que descanses.

-Tú también, buenas noches.

Me puse mi pijama y me dormí profundamente, Afortunadamente nada me despertó, había funcionado.

Era sábado, lo que para muchos era grandioso para mi no, pues estar con Susi y su muñeca me daban náuseas, antes éramos tan unidas pero había cambiado mucho y todo por esa muñeca.

Lo bueno del sábado era poder estar con papá, me levanté temprano y fui al comedor, el ya estaba despierto y comiendo su desayuno y mi hermana llegó casi después de haberme sentado.

¡Maldita Muñeca! #Wattys2015Donde viven las historias. Descúbrelo ahora