Capítulo 8

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                        La vidente.

Quería despertar y creer que era una maldita pesadilla, me cubrí de nuevo con la sábana, me quedé así un rato y me la volví a quitar y seguía ahí, estaba tan aterrada pero la muñeca no se movía, estaba ahí con su cara de inocente, sentí que a lo mejor tenía un cuchillo y me lo clavaria en cualquier momento...

Me quedé observandola detenidamente y noté algo raro en ella, su cara tersa y suave se veía un poco arrugada, se le marcaban algunas arrugas cerca de los ojos y la boca y tenía un brillo en los ojos increíble, como pude encogi mi pierna y le di tremenda patada que la hizo caer de la cama.

Corrí a encender la luz y ya no estaba en el suelo, busque debajo de la cama y nada, estaba tan asustada que di un grito enorme para que mis padres llegarán, si le funciona a Susi, porque a mi no?

Efectivamente ellos llegaron y los abracé muerta del miedo.

-¿Hija que te pasa?

-Mamá es la muñeca, la muñeca estaba aquí.

-Que tonterías dices Julia.

Mi hermana también llegó corriendo y en sus brazos tenía a la muñeca, sentí como si me hubiera saltado el corazón del pecho y abrí los ojos lo más que pude.

-¿Que paso mami?

-Es tu hermana, tuvo una pesadilla, mira aquí esta la muñeca Susi la tiene con ella.

-Pero estaba aquí no fue ninguna pesadilla.

-A lo mejor la tuviste hija y no recuerdas si fue verdad.

-Yo vi lo que vi papá, ¿Puedo dormir contigo? ¡Por favor!

-No Julia, no exageres ya no eres ninguna niñita, dijo mamá furiosa.

-Hazle caso a tu madre hija.

-Claro papá, mamá es la que lleva los pantalones en esta casa.

-Esto es demasiado Julia, iremos a dormir y más te vale que no nos hagas venir de nuevo.

-Ok, como digan, largo de aquí.

-Pero que niña!

Mis padres se fueron y Susi me miro muy seria y confundida, luego de que se fue le metí llave al cuarto y pase una noche en vela con la luz encendida.

Desperté a las diez de la mañana, no se ni como había logrado quedarme dormida, estaba tan cansada y me levanté, fui a ver si había algo de comer y sólo estaba mamá furiosa en la cocina, no le dije nada y prepare lo que mejor sabía hacer... Cereal...

Entré a mi habitación y Susi estaba en la cama cepillando el cabello a su muñeca, me miró muy seria y miré a la ventana, esperaba con ansias que Jess me diera una respuesta.

Más tarde estábamos terminando de almorzar y le ayudaba a mamá a lavar los platos, de algún modo tenía que portarme bien con ella.

-Mira este tazón me lo regaló esa vieja, ni me gusta creo que voy a tirarlo.

-Buena idea.

-¿Porque mami? Pregunto Susi.

-Porque es feo además no me gusta tener nada que haya pertenecido a un muerto y más si fue una vieja muy tacaña.

-Y muy desagradable.

-No hables así de mi madrina mami.

-Lo siento querida pero es que tuve que fingir tanto a cambio de nada, es desalentador.

¡Maldita Muñeca! #Wattys2015Donde viven las historias. Descúbrelo ahora