Nueva escuela

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Ruth ya estaba planeando buscar un empleo, Thomas le insistió en que no era necesario pero ella no quiso, ella siempre había sido una mujer independiente y si había algo que jamás le había gustado, era depender de un hombre, ¡Eso nunca!

Gertrudis por su parte, estaba nerviosa y ansiosa por su nueva escuela, no sabía que tan buenos podrían ser los habitantes de Glasgow, simplemente quería acabar  esto de una buena vez e ir a la apestosa escuela, así que terminó de hacerse su coleta y se dio un último vistazo en el espejo, Gertrudis nunca fue bien femenina y eso nunca le importo.

Thomas paso a dejarla a la escuela y en cuanto se bajó del auto, las miradas se dirigieron a ella, la escuela Warner Kim ya le daba la bienvenida, camino por los pasillos y todos la veían, era difícil distinguir si alguien lo hacía de buena fe o por menospreciarla.

Llegó hasta su salón y aún no había llegado el profesor, entró silenciosamente pero ya todos la miraban, se sentó en un pupitre cerca del pizarrón pero una chica de apariencia ruda le dijo que ese lugar ya estaba ocupado.

-Pues yo lo vi vacío por eso me senté aquí.

-Pues es mi pupitre así que vete a otra parte.

-Bueno, no sabía que en la escuela vendían pupitres, tal vez deberías llevártelo a casa, te durará más.

La chica era Diana, la más popular de la escuela y la más despiadada, nadie se atrevía a meterse con ella.

-Eres muy atrevida niñita, no te metas conmigo, ahora vete.

-Como sea...

Gertrudis se fue hasta atrás, no había sido un buen comienzo, tenía ganas de llorar pero sería algo muy estúpido, pronto se vio rodeada de chicos.

-Eso estuvo genial, eres muy graciosa, me llamo Jonathan ¿Cuál es tu nombre?

-Gertrudis, pero pueden decirme Trudy.

-Me gusta Trudy, mucho gusto soy Darren.

Gertrudis comenzó a platicar con sus compañeros y Diana y sus amigas echaban chispas, apenas había llegado y se creía la gran cosa.

La maestra entró al salón, era una mujer bajita, cabello risado y rojo, llevaba unos grandes anteojos y una falda que le quedaba grande, era todo un personaje, pero era una maestra con un gran corazón.

-Gertrudis Carrol, eres la nueva, por favor pasa al frente y presentate.

Gertrudis se incomodó mucho al saber que tendría que pasar al frente y presentarse, era patético.

-Bueno, soy Gertrudis como ya saben y soy de Ohio de un hermoso pueblo, pues espero caerles bien y no he venido a tener problemas sólo a estudiar, gracias, dijo Gertrudis sin dejar de ver a Diana y esta se sintió intimidada.

-Delen la bienvenida clase.

-Bienvenida Gertrudis, dijeron todos.

-Bueno, siéntate, bueno clase hoy vamos a retomar el capítulo de ayer, por favor Gertrudis siéntate con alguien y que te ponga al corriente.

-Siéntate conmigo, dijo Andrés un chico de ojos cafés enormes y labios rojos, Gertrudis no pudo evitar notar lo hermoso que era y sintió como el estómago le hacía ruiditos.

-Gracias, le dijo y la mirada de Diana la acechaba como tiburón blanco en medio del océano de cabezas.

Terminó la clase y Gertrudis salió al receso, el patio de esa escuela se parecía mucho al de su vieja escuela, los chicos jugaban fútbol y se acercó a ellos para poder jugar, aunque a lo mejor su falda no se lo permitiría.

¡Maldita Muñeca! #Wattys2015Donde viven las historias. Descúbrelo ahora