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Sentía el palpitar de mi corazón en mis oídos.

El pecho de Yeonjun subía y bajaba, sus ojos aún puestos en mi y se pasaban de vez en cuando a ver a un Jungkook con el rostro furioso mientras sostenía su casco.

Que por cierto yo aún seguía con el mío puesto.

-¿No querías que fuera por ti para poder estar con él?.- su voz sonando calmada pero ronca. Agitado tal vez por correr o puede que fuera una consecuencia de su sentir.

-Mira, yo lo traje porque...

-No te pregunté a ti.- contestó en seco cortando a Jungkook.

Me volvió a mirar, sus ojos pesaban y mi cuerpo comenzaba a sentirse igual.

Me gusta el drama, claro que me gusta, pero vivir uno definitivamente no era para mí.

No estaba preparado mentalmente para enfrentar una discusión con Yeonjun, que por cierto, me había estado evitando desde hace días. Tal vez tenía una justificación, entendía que estaba ocupado, pero las palabras de Beomgyu sonaban aún en mi mente.

Cuando uno realmente quiere un par de zapatos hace espacio en su zapatera.

Ni siquiera sabía de dónde había sacado él esa frase. Parecía una frase algo tonta pero por alguna razón hacia sentido en mi mente.

-No hagamos esto aquí ¿Si? Solo espera un momento.- hablé con tranquilidad.

Me quite el casco y lo dejé sobre la motocicleta, me giré hasta Jungkook dándole una sonrisa sincera.

-Gracias por lo de hoy y por traerme a casa, creo que puedo solo a partir de aquí.

Jungkook sonrió y caminó hacia mi dirección para subirse a la motocicleta, no sin antes abrazarme en una posición que dejó que le diera la espalda a Yeonjun y susurró en mi oído.

-Puedes volver a hablarme cada que me necesites.

Se separó de mí, me dedico una sonrisa cálida y se subió a su moto sin dejar de ver a Yeonjun. Colocó su casco y encendió el motor que rugió más de lo necesario y salió disparado hacia la misma dirección por dónde veníamos.

Una vez que se fue, ya no tuve otros ojos que mirar más que los de él.

Y se veían tan diferentes.

Sus ojos estaban decaídos, aún tenían rastro de maquillaje con un poco de delineador en ellos.

Su cara se veía más perfilada y sin duda se veía más pálido. Llevaba un pantalón holgado junto con una sudadera gigante. Cómo si se hubiera levantado de la cama para venir hasta aquí.

Yeonjun se veía tan decaído, que me era casi imposible para encontrar ese brillo que tanto me gustaba de él.

Me era tan familiar y al mismo tiempo parecía ser alguien que no conocía. De tan solo pensarlo el corazón se me hizo piedra y el frío abundó en mi cuerpo.

No quería sentirlo así, distante.

Lo quería cerca como lo he tenido en estos meses. Meses en los que nos engañabamos el uno al otro haciéndonos creer que éramos dos extraños que se conocieron ante una casualidad algo tonta, cuando eso había quedado atrás desde el momento qu pedí lo que realmente quería.

Porque ese beso, aquel que pedí mientras el alcohol dominaba en mi sistema, marcó el fin de la mentira y el comienzo de mi verdad.

Deseaba que Yeonjun fuera mi verdad.

Solo necesitaba de esa fuerza para que mi voz saliera y las inseguridades se acabaran.

-¿Quieres hablar?.- habló con su voz baja. Sus manos escondidas en los bolsillos de su pantalón.

LIE [YEONBIN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora