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—Esta es la última etapa de su carrera y se que es muy fácil distraerse, pero los pediré que se esfuercen tanto como puedan para su último trabajo. Esto podría ayudarles a tener un buen puesto en alguna editorial del país o incluso internacional. Se que quieren vivir la vida de un joven, pero es momento de preocuparse de su vida como adulto.– musitó con preocupación el profesor frente a la clase. Él hacia a menudo este tipo de charlas en dónde nos motiva a seguir adelante y preocuparnos por nuestro futuro.

Cuando eres joven, mientras pasas por la adolescencia esperas con ansias el llegar a los 20. La edad dónde lo que tus padres te han prohibido se vuelve tentativo, dónde los pecados de algunos comienzan y la buena vida de otros llega.

Pero creo que la vida a los 20 puede llegar a ser más complicada de como te la pintan. Es una etapa de transición en dónde lo único que quieres es divertirte, beber y si es posible enamorarte; pero también es la edad en dónde la mayoría de los padres te dicen que eres lo suficientemente grande para mantenerte tu solo.

La vida de adulto te golpea en la cara, quitándote aquellos sueños que creías posibles y regresándote a la realidad. Una realidad en dónde te enfrentas a la dificultad de encontrar un empleo.

Los padres suelen decirte "estudia lo que más te guste, lo que quieras", pero estás palabras no son sinceras. Porque tal vez siendo jóvenes no lo entendemos, pero un padre sabe lo difícil que es conseguir un trabajo relacionado con la carrera que estudiaste.

Es la situacion en la que nos encontrabamos los alumnos de esta aula.

Temerosos, inseguros y con sentimiento de competitividad.

Porque podríamos ser compañeros de clases, algunos que otros tal vez son amigos, pero una vez que llegas al mundo laboral en donde todos buscan un puesto podríamos comenzar a vernos con ojos enemigos. 

Porque todos aspirábamos un puesto en la casa editorial más importante de Seoul y la realidad es que solo 3 podrían entrar. Además de que debíamos considerar que no éramos la única universidad con esta carrera y había más gente que aspiraba a ese puesto.

Algunos con suerte tal vez terminarían terminado dando clases aquí otros talvez dejarían su carrera para dedicarse a otra cosa.

—¿Te vas a postular para algún intercambio?.– la voz de Jisu, mi compañera que está sentada a mi lado, me hizo sobresaltar.

—No lo creo, no tengo suficiente dinero para pagármelo– respondí con una sonrisa melancólica—¿Y tú?

—Llevo esperando por este momento toda mi vida.– suspiró.

—Y ¿A dónde te gustaría ir?.– me giré hacia ella para verla de perfil.

—Canadá.– se giró hacia mi dándome una sonrisa con sus labios presionados, uno sobre el otro, mientras asentía.

Solo pude poner una cara de sorpresa sin saber que más decir. Irme de intercambio siempre fue un sueño para mí, pero sabía que nunca sería una realidad.

Había investigado sobre posibles becas que pudieran ayudarme a sobrellevar los gastos de mi estadía y viaje, pero aún con esa ayuda seguia siendo mucho dinero.

El timbre sonó y todos comenzaron a salir del salón de clases, tomé mi mochila y susurré un pequeño adiós a Jisu.

La universidad se había cada vez más aburrida y pesada, todo era en trabajar en el proyecto final. La presión estaba sobre mi, el idea de un fracaso se paseaba por mí mente y realmente me abrumaba.

Ya fuera del salón saqué mi celular, tenía ganas de salir y despejarme, de hablar con alguien. Mi lista de amigos es realmente corta, las únicas opciones para salir son Beomgyu, Hyuka y Jungkook.

LIE [YEONBIN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora