5

4.7K 615 622
                                    

Solo se escuchaba el choque de los cubiertos con los platos, nadie hacia ruido al comer o al menos eso tratábamos.

Mi familia y yo almorzábamos en viernes por la mañana, juntos como casi siempre lo hacíamos.

Solo nos veíamos comer, ninguno hablaba sobre algo en específico. HaNeul, por su parte, estaba centrada en su celular. Su cara de concentración y tal vez de frustración. Tecleaba, leí y llevaba un bocado a su boca, siguiendo la secuencia una tras otra.

-¡Yah! HaNeul ¡Estamos comiendo! Sabes que es de mala educación estar con el celular en la mesa, puedes verlo después.- acusó mi madre dejando de lado su comida.

- Hay problemas en el trabajo ¡Todos son unos inútiles! No pueden solucionar nada si no estoy ahí.

-Cuida tus palabras, HaNeul. Eso no es correcto de un persona educada.- fue el turno de mi padre para intervenir.

-Agradezco que hayas dicho persona en lugar de mujer, porque de haberlo dicho creeme que ya estaba lista para discutir.- habló dándole una sonrisa cálida a mi padre.-Pero de verdad necesito irme al trabajo ya, no quiero que esto se salga más de control.

Dicho esto se levantó y dejó la mesa no sin antes recoger su plato y dar una sonrisa de arrepentimiento a mis padres.

La cara de mi madre era inexplicable, se veía triste. No era la primera vez que HaNeul dejaba botado el desayuno. Además, esta era la segunda vez en la semana.

-Se que es su trabajo, pero no puedo controlar sentirme así.- la voz de mi madre salió melancólica. Mi padre solo pudo tomarla de la mano, intentando reconfortarla.

Muchas personas juzgaban a mi madre. "Cómo puedes tener a tus hijos universitarios aún viviendo bajo tu mismo techo" "Debería independizarse" "¿Sabes por que aún no se casan? Porque aún viven con su madre"

Eso y más era lo que le decían a mi madre. Desde que HaNeul entró a la universidad algunas de sus amigas la presionaban para decirle a mi hermana que era momento de independizarse y dejar el nido, pero ella se negó. Mi madre le brindó todo a HaNeul para que estudiara, la dejó que tuviera aún trabajo de medio tiempo, porque vamos, mi hermana es demasiado terca. Ella quería hacer algo para conseguir su propio dinero.

HaNeul estaba por sus 27 años y seguía viviendo con sus padres, para algunos esto podría ser desagradable pero para mí madre no lo era.

Cuando HaNeul consiguió un trabajo estable le dijo a mi madre que tenía planes de mudarse a un apartamento ella sola para dejar de molestar en casa. Aún puedo recordar el rostro de indignación de mamá ante sus palabras. A ella no le molestaba tener a sus hijos en casa, si fuera por ella quisiera tenerlos por siempre bajo su techo, pero las cosas no eran así.

Aunque mamá no lo admitiera, todos lo sabíamos. Le tiene miedo a la soledad, como cualquier otra persona y es por eso que no quiere que nos vayamos de su lado.

-Solo va al trabajo mamá, ella siempre regresará.- hablé con mi mirada fija en el plato.

-Regreso por la tarde, ¿papá podrías... ¿Estás llorando mamá?.- preguntó consternada mi hermana.

Mi madre rompió en llanto como si las palabras de HaNeul tuvieran filo. Se cubrió el rostro con las palmas de sus manos, mi padre seguia a su lado tomándole de la mano. Mi hermana se acercó a ella y le dió un abrazo, recargando su cabeza con la de mamá.

-Ya hemos hablado de esto, sabes que algún día ya no estaremos aquí.

-HaNeul, no creo que sea buen momento para recordarlo.- dije. A veces HaNeul decía las verdades en el momento equivocado.

LIE [YEONBIN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora