↳ 💉₊˚. ··· Healing Takes Time »-Postgame Saiouma-«

↳ ੈ‧₊ CAPÍTULO 15

Les tomó un tiempo, pero todos los estudiantes definitivos se retiraron de la azotea de uno en uno hasta que solo el astronauta y líder definitivos se encontraron en aquel espacio.

Kaito insistió en ver las estrellas una vez más antes de volver al interior del edificio, por lo que el exhausto Ouma solamente lo dejó. Durante este periodo de tiempo, el chico de los cabellos color vino le entregó su chaqueta al petite para que no tuviese demasiado frío en lo que se dedicaba a ver a los cuerpos celestes plasmados en el manto nocturno.

No importaba que tan cálido y amistoso estaba siendo Momota con él, en la mente de Kokichi se repetía sinfín la bella imagen de Saihara en frente suyo, limpiando sus lágrimas con la delicadeza de copos de nieve cayendo en el invierno. Sus manos, a pesar de ser algo callosas, eran justo como le gustaba, tan gentiles y suaves con su lastimado físico.

Eventualmente el joven entusiasta del espacio sideral finalizó de observar aquellas divinas luces y acompañó al de menor estatura a su cuarto de hospital, donde se quedaría a cuidarlo para que este no terminara por realizar otra acción cuestionable.

Después de todo, se preocupaban por él. Todos estaban asustados de que un día de esos Kokichi terminara por tomar su vida en serio, él mismo lo negara o no. Por lo cual, Momota ganaba dos cosas de tomar el primer turno de guardia: Podría llegar a conocer mejor al otro y también podía comprobar la gravedad del problema.

Kaito solo lo observó, pensando en que podrían hacer. En su mente estaba planeando algunos temas de conversación de los cuales poder conversar con el otro, pero por alguna razón su cabeza siempre terminaba por decirle que preguntara por el asunto con Saihara.

Quizá se daría el tiempo de preguntar eso, pero por mientras lo que debía hacer era iniciar una conversación casual y ver como esta progresaba para poder soltar la cuestión en el tiempo adecuado. Estaba agradecido de que le encantaba socializar y hablar con sus amistades, pues si fuese alguien relativamente tímido como el detective o la maga, entonces la tarea hubiese sido mucho más complicada.

—Y, ¿De qué quieres hablar? —Preguntó el astronauta con una sonrisa que generara confianza, tomando asiento en una de las sillas que ahí se encontraban para los visitantes—. ¿Estás mejor? —Se aseguró, cuestionando con mucha naturaleza, dejando que su interacción sonara lo menos forzada posible. Después de todo, no quería incomodar al otro en lo absoluto.

—¿Hmm? —Soltó Ouma algo confundido, puesto que había estado distraído de la realidad con sus pensamientos sobre el joven de los estoicos ojos dorados. Para su suerte, fue capaz de reintegrarse a la situación solo segundos después—. No me siento bien del todo, pero lo estaré —explicó, sin mentirle en ningún momento. Había estado intentando mejorar al respecto de ese problema, además de que no ganaba nada diciéndole palabras deshonestas.

—¡Perfecto! Que buen compinche me conseguí —exclamó el animado muchacho, ya que consideraba a Ouma un socio suyo también, justo como lo hacía con Shuichi. Muchos otros también eran dignos de ese título, pero era al líder supremo a quien estaba hablándole en aquella instancia—. No te sientas incómodo, cuéntame lo que ha pasado —sugirió con calma, quería que el otro aliviara su estado de angustia mediante las palabras.

Hablar sobre los sentimientos de uno para expulsar los malos sentimientos y no cargarlos por cuenta de uno mismo era siempre necesario, era parte de una sanación y recuperación mental ideal. El petite estaba consciente de esto, por lo que accedería a conversar un poco más sobre su situación a pesar de que se había acostumbrado a guardarse todo dentro.

—¿Qué exactamente? —Preguntó Kokichi, sintiendo su cuerpo relajarse en la comodidad de su habitación. Por ahora no tenía la energía mental para hablar con su usual tono juguetón y espontáneo, por lo que solamente esperaba que llegara pronto.