Capítulo 3: La carta

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Harry estaba eufórico, por fin habían logrado recrear la poción original. Iba directamente hacia su escritorio, que estaba lleno de cartas sin abrir, pergaminos y tinta; quería contárselo a Draco. Cuando se sentó lo primero que vio fue una carta y entonces lo recordó.

Draco le había escrito el mismo día en que habían dejado King Cross. Harry había visto la carta y se había prometido leerla luego. Ya era el último día antes del regreso a Hogwarts y lo había olvidado. Abrió el sobre y extendió el pergamino dentro.

Harry,

Lamento haberme ido tan repentinamente de la estación. Sinceramente, le tengo un poco de envidia a la atención que recibe Neville de tu parte. Te había insistido mucho para que vinieras, pero te excusaste, y cuando Neville te lo pidió, aceptaste de inmediato.

Entiendo que tu trabajo es importante, no espero que lo detengas o lo retrases, solo quiero que me entiendas, y no creo que seas legeremante (y aunque lo fueras, sé que jamás invadirías mi privacidad) así que solo quería que lo supieras. Me encantaría verte en algún momento, si tienes tiempo.

Siempre tuyo,

Draco

Harry se sentía muy culpable. Era un horrible novio. ¿Cómo había olvidado responderle a Draco? ¿Cómo podía el rubio soportarlo? ¿Por qué seguiría queriéndolo? ¿Y... si ya no lo quería? Harry no lo culparía, se había portado fatal con él. Tal vez había encontrado a alguien que sí le prestara atención... Harry inhalo profundamente, calmándose. Estaba haciendo su trabajo, no era excusa para ni siquiera responder, pero estaba tratando de sobrevivir al estrés de la mejor manera que podía.

No podía explicárselo todo por carta. Solo faltaba un día para volverse a ver, le respondería entonces, en persona.

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— Tom... — Dijo Harry enfadado al verlo en el compartimento de su novio — Te recomiendo que te largues y dejes a Draco en paz

Harry estaba consciente de que a Tom Riddle le encantaba fastidiar a Draco cada vez que se lo encontraba. No sabía la historia completa, algo salió mal con su amistad o algo así.

— ¿Por qué tan agresivo, Potter?

— Porque solo vienes a fastidiar a Draco.

Tom miró al aludido con sorpresa.

— No le contaste.

— No me contestó ni si quiera la primera carta. — Respondió muy serio.

Draco ni siquiera lo miró, siguió comiendo sus ranas de chocolate, como si él no estuviera parado ahí. Harry, con la culpa revolviendo su estómago, lo observó directamente, esperando a que le devolviera el contacto visual. Draco estaba consciente de su mirada, pero seguía firme en no mirarlo.

— Draco, no me ignores, por favor... — Dijo finalmente

— No se siente bonito, ¿verdad? — Dijo amargamente

— Bueno... yo me voy — Dijo Tom antes de salir casi corriendo de ahí

Harry se sentó a su lado.

— Draco, lo siento mucho. No fue mi intención no responderte, lo olvidé, estuve sumamente ocupado. Si me hubieras enviado otra carta, te juro que te hubiera respondido...

Draco finalmente lo miró furioso y soltó una risa casi tan amarga como sus palabras.

— No te preocupes, la próxima vez te enviare cientos de cartas todos los días a ver si te acuerdas de mi existencia. No, ¿sabes qué? Mejor me voy a parar enfrente de la casa de Longbotton tirando chispas con la varita para llamar tu atención...

— Draco, no es lo que quería decir...

— Por supuesto que no...

Por las pálidas mejillas de Draco rodaron un par de pequeñas lágrimas que no pudo mantener dentro, lo que hizo que Harry sintiera una opresión en el pecho, sabiéndose culpable.

— Draco...

— Harry, creo que deberíamos... alejarnos un tiempo.

Harry sintió como si le hubieran quitado de golpe todo el aire de sus pulmones.

— Draco, he visto películas muggles, esto nunca termina bien.

— Necesito... espacio de ti. Siento que si sigo tan cerca de ti, pero tan lejos a la vez, me voy a volver loco o voy a terminar odiándote. Solo... déjame en paz un rato, ¿sí?

— Siento tanto que te sientas así.

— Deberías. Es tu culpa.

— Draco...

Harry estaba a punto de llorar también. Así era siempre. Harry hacía llorar a Draco sin querer, y Draco hacía llorar a Harry si quería.

— No quería decir eso. Es complicado. Es... Todo este verano te extrañé mucho, y cada vez que pensaba en ti, tenía que aguantar las ganas de mendigar tu atención. Necesito espacio. A veces siento que mi amor por ti, no deja espacio para mi amor por mí.

Harry se quedó en silencio unos segundos. Sabía que había puesto prioridad en su trabajo, pero era importante, demasiado; aun así, no quería que Draco sintiera que lo había abandonado.

— Yo...

— No. No digas nada.

Finalmente, Draco se giró. No más lágrimas, solo una mirada seria.

— Bésame.

— ¿Besarte?

Draco asintió. Harry negó.

— No, no. Esto se siente como una despedida. No se siente bien.

— Solo bésame.

Harry no sabía qué decir, sentía que estaba utilizando toda su fuerza mental para evitar derrumbarse en ese momento. Solo estuvo medio consciente de lo que hacía cuando tomó la nuca del rubio y lo atrajo hacía sí, reclamando su boca con pasión y entrega.

Draco se dejó llevar por el beso; lo sintió en la forma en que su cuerpo se relajaba y respondía casi automáticamente ante el fervor y el anhelo, recibiendo con placer la lengua del ojiverde en su cavidad bucal, Harry sujetando fuertemente su espalda para que no se alejara. Por un momento sintió que todo estaba bien, pero eventualmente tuvieron que separarse.

— Te veré luego, Harry.

ᴄᴀʟᴅᴇʀᴏꜱ ᴀʀᴅɪᴇɴᴛᴇꜱDonde viven las historias. Descúbrelo ahora